Ecuador parecía volver este jueves a la calma después de las protesta que llevaron a la destitución del presidente Lucio Gutiérrez.

El Congreso ecuatoriano nombró en reemplazo al hasta ahora vicepresidente, Alfredo Palacio, un cardiólogo de 65 años.

El representante alterno de Ecuador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Jaime Barberis, dijo este jueves en Washington que el cese del mandatario se decidió por el abandono de funciones.

Según AP, la OEA exigió explicaciones en 24 horas sobre cómo se produjo la salida del poder de Gutiérrez, para determinar si su destitución ha sido constitucional.

Gutiérrez, un ex coronel que irrumpió en política hace cinco años, fue depuesto el miércoles por el Congreso unicameral, al cabo de una semana de protestas populares y luego de que los militares anunciaran que quitaban su respaldo al presidente y ex compañero de armas, informó la AFP.

El miércoles por la noche Alfredo Palacio apareció ante la prensa en el Ministerio de Defensa, flanqueado por la cúpula de las Fuerzas Armadas, entre ellos el vicealmirante Víctor Hugo Rosero, jefe del Comando Conjunto.

El nuevo presidente dijo que gobernará con el pueblo y para el pueblo y sentenció: "Soy la única esperanza" que tiene la nación.

"No soy un político", afirmó una y otra vez Palacio, quien advirtió que no se dejará "manosear", a la vez que reclamó tiempo para poner en orden al gobierno y poder desarrollar su programa.

Interrogado sobre si disolverá el Congreso, como lo han planteado algunos sectores, Palacio se declaró demócrata y anotó: "Jamás romperé la Constitución".

Gutiérrez, electo para el período 2003-2007 es el cuarto presidente constitucional de Ecuador que no puede concluir su mandato desde que el país retornó a la democracia en 1979, y el tercero en los últimos ocho años.

Una encuesta publicada días atrás, señalaba que ocho de cada diez ecuatorianos favorecía la renuncia de Gutiérrez, contra 19% que consideraba que debía continuar en el poder.

Las protestas estallaron para exigir que se removiera la Corte Suprema de Justicia (lo que ocurrió finalmente el domingo) y que se destituyera al presidente.

Según AFP, el meollo era que la Corte, puesta en funciones en diciembre, exculpó el 31 de marzo a dos ex presidentes y un ex vicepresidente de cargos de corrupción, lo que les permitió volver desde los países donde eludían los cargos.

En medio de violentos disturbios que dejaron dos muertos desde el martes, Gutiérrez había abandonado el miércoles el palacio presidencial y, en horas de la noche, se confirmó que se encontraba en la embajada de Brasil en Quito, país que tomó la decisión de concederle asilo diplomático.

Previamente había intentado salir de la ciudad desde el aeropuerto internacional de Quito, pero manifestantes se lo impidieron.

El Parlamento unicameral sesionó excepcionalmente en la sede del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL), en el norte de Quito, y cesó a Gutiérrez con el voto de 60 de los 62 legisladores presentes, de un total de 100.

El Ejecutivo, a través del ministro de Gobierno, Oscar Ayerve, había señalado que no aceptaba esta decisión, pero casi de inmediato las fuerzas militares retiraron el apoyo al mandatario, y anunciaron su "respeto a la sucesión presidencial", sellando así su suerte.