www.cubaencuentro.com Lunes, 28 de abril de 2003

 
   
 
Ruido de rejas
Mientras la NBC da de baja al reportero Peter Arnett, y 'The Daily Mirror' de alta, Raúl Rivero enfrenta años de cárcel por ejercer el periodismo libre.
por MANUEL DíAZ MARTíNEZ, Canarias
 

Un ruido de rejas ha vuelto a sentirse en Cuba. Esta vez, ensordecedor. Ochenta calabozos se han abierto de golpe para otros tantos ciudadanos a quienes no les gusta el gobierno que hay allí. Son personas obstinadas, indisciplinadas, indiscretas. Individuos que han adquirido la pésima costumbre de pensar y no callarse. Además, son
Detenido
La policía política conduce al tribunal a un disidente no identificado. La Habana, 3 de abril de 2003.
peligrosos y están armados: tienen un arsenal de libros, de datos y de máquinas de escribir viejas pero aún eficaces. Algunos hasta poseen un teléfono y un fax tartamudo que de vez en cuando funcionan. Por eso los han pasado de la cárcel grande, a cielo abierto, donde hay hoteles Meliá y premios literarios, a la estrecha y oscura. Bueno, lo de oscura es un decir, porque las celdas de la Seguridad del Estado suelen estar deslumbrantemente iluminadas las veinticuatro horas del día, aunque ahora quizás no sea así por la escasez de petróleo (ya se sabe, las dificultades de los compadres Chávez y Sadam).

Entre esos ciudadanos hay veintisiete de los periodistas llamados independientes. Son los que se dedican a la irritante tarea de informarnos de lo que la prensa oficial no quiere que se sepa. Hace unos años, Castro les dijo que tenían toda la prensa extranjera para ellos, porque la cubana era sólo para "los revolucionarios", es decir, para él y sus taquígrafos. Y ellos lo han obedecido: publican en la prensa extranjera. Pero parece que en ésta tampoco deben hacer lo que hacen, de ahí que ahora el Gobierno quiera aplicarles una ley llamada Mordaza, especialmente escrita para ellos, por la cual pueden pasarse largos años a la sombra, servidos por los carceleros más atentos de la Isla.

Raúl Rivero es uno de esos periodistas. Por ser además un poeta extraordinario, muy leído dentro y fuera de Cuba, es el más conocido de todos. En 1991 firmó la Carta de los Diez, en la que unos intelectuales ilusos le pedimos a la dictadura que se convirtiera en democracia, y a partir de ahí comenzaron sus sinsabores. Luego fundó Cuba Press, una agencia de prensa libre en un país de prensa cautiva, y sus sinsabores aumentaron. Por su brillante y corajuda labor informativa fue electo vicepresidente regional de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Registros en su casa, arrestos arbitrarios, actos de repudio, prohibición de salir de la Isla, de todo ha conocido Raúl hasta que, al fin, lo han puesto entre rejas por el tiempo que Castro decida.

En estos días, el mundo democrático está escandalizado porque el periodista norteamericano Peter Arnett, que cubría la guerra de Irak para la NBC, ha sido cesanteado por criticar, desde la televisión de Sadam Hussein, al mando militar de Estados Unidos. Se acusa a la NBC de no respetar la libertad de expresión del señor Arnett, quien no ha estado en paro ni media hora, porque inmediatamente le dieron trabajo en el londinense The Daily Mirror.

Sería justo que el mundo democrático se escandalizase de igual manera ante lo que les está ocurriendo en Cuba a los periodistas independientes, algo, sin duda, bastante más grave que lo sucedido al reportero Arnett. Los periodistas cubanos independientes no tienen empleo remunerado porque el gobierno de Castro no lo permite, y ahora han ido directamente a la cárcel, donde esperan juicios que se anuncian sumarísimos y que, como es habitual en Cuba, serán mascaradas judiciales. Para Raúl Rivero, el fiscal pide veinte años de encierro. Lo inaudito se hace locura cuando para Víctor Rolando Arroyo y otros llega a pedir cadena perpetua. ¡Veinte años y cadena perpetua por opinar, por disentir!

¿Qué piensan de esto los defensores de Peter Arnett? Por favor, lo que piensen escríbanlo en los periódicos y díganlo en la televisión.

EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Firmas
LUIS MANUEL GARCíA, Madrid
Invitación al holocausto
RAFAEL ROJAS, México D. F.
¿Qué pasa si el Comandante enloquece?
GILBERTO CALDERóN ROMO, México D. F.
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir