www.cubaencuentro.com Jueves, 18 de septiembre de 2003

 
  Parte 1/2
 
El castrismo postcomunista
Los últimos años del régimen: ¿revolución, socialismo o castrismo?
por RAFAEL ROJAS, México D.F.
 

La falta de fluidez que se observa en el debate cubano, dentro y fuera de la Isla, se atribuye generalmente a la ausencia de un espacio público nacional, abierto y poroso. Como diría Aristóteles, esta "última" razón no es la "única" que explica la desconfianza y el recelo que se apodera de los actores de una opinión pública escindida y polarizada. El uso arbitrario y pasional de algunos conceptos históricos y políticos, decisivos para una comprensión mínima del problema cubano, y la tensión entre las discordantes memorias de comunidades agraviadas y dolidas, también favorecen la incomunicación intelectual.

Fidel Castro
Castro: 'Hace rato que vamos en pro de sueños mucho más elevados e inimaginables'.

La primera dificultad radica en la ausencia de un consenso prudencial en torno a la naturaleza y el nombre del sistema político cubano. En el lenguaje oficial de la Isla, se usan indistintamente los términos de "revolución" y "socialismo" para designar la forma de gobierno. En la opinión pública del exilio, en cambio, se habla preferentemente de "comunismo" o "castrismo" para aludir a la dictadura. Palabras tan distintas parecen remitir a realidades diferentes, por lo que el discurso oficial y el discurso opositor se eluden mutuamente y nunca llegan a enfrentarse cara a cara. Aunque sé que dicha incomunicación no se debe a una falla lingüística, sino a un defecto político —la ausencia de libertades públicas en la Isla— intentaréun breve y polémico glosario de estos cuatro nombres del régimen.

La palabra "revolución" no puede designar un tipo de gobierno, ya que alude a un proceso histórico de cambio social o político. En el caso de Cuba, hay sólo dos acepciones posibles del término: aquella que entiende la revolución como el período de insurrección armada contra la dictadura de Batista (1953-1959) o aquella que prolonga su significado hasta fines de la década del 60 para poder abarcar la guerra civil que siguió al triunfo revolucionario y la destrucción definitiva del antiguo régimen republicano entre 1968 y 1971. Hablar de revolución después de este año es, sencillamente, una mistificación, un fetichismo, como le gustaba decir a Marx, ya que a partir de entonces el Estado se dedica a administrar los conflictos generados por el cambio social y a controlar la energía renovadora de la población.

El término "socialismo", de acuerdo con la teoría marxista-leninista, designa un período histórico de transición entre el capitalismo y el comunismo. Pero en otras tendencias del marxismo occidental, más realistas y vigentes, como la socialdemócrata, el socialismo es entendido como una alternativa de izquierda, que propende a la instrumentación de políticas del Estado de Bienestar, dentro de un sistema democrático y de mercado. Además de esta ambigüedad semántica, el "socialismo cubano", definido marxistamente como un orden de propiedad "social" sobre los medios de producción, no es aplicable a Cuba, cuyo modelo económico, sobre todo en la última década, se aviene más con un capitalismo de Estado.

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