www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
  Parte 2/2
 
McCastrismo
Stone, Chomsky, Campbell… ¿Se hubiera atrevido McCarthy a acusar a bibliotecarios independientes de ser 'agentes del enemigo'?
por NéSTOR DíAZ DE VILLEGAS, Los Ángeles
 

Una vez ideada —como burdel, como dictadura u oligarquía, como Sodoma o Banana Republic— es fácil convertirla en presa. Mientras más simple sea esa imagen —va dirigida al americano atiborrado de imágenes basureadas—, mejor. Se trata de un consumidor que desconoce profundamente la realidad de Cuba, o de Venezuela. A partir de Evans, la Cuba exquisitamente compleja de Zanelli y de Narciso (1932), es sólo una república bananera de negros con pajilla.

Creo que es en ese terreno, en el terreno de las imágenes, donde debemos actuar. Reclamar el Machadato y el Batistato como épocas inmensamente creativas, ambiguas, ricas y perfectibles, y no como épocas fallidas que puedan descartarse con dos frases huecas. Al mismo tiempo, debemos revertir la imagen del intelectual americano, y verlo como un agente del imperialismo aunque se vista de pastor. Sobre todo, desnudarlo de su pacifismo, "porque él es el verdadero agresor".

Fragmentos de la carta de Rafael López-Ramos, pintor y escritor cubano, a Madeleine Lefebvre, Presidenta del Consejo Ejecutivo de la Canadian Library Association
...Acabo de saber de la resolución sobre las Bibliotecas independientes de Cuba promovida por Brian Campbell y aprobada por la Asociación Canadiense de Bibliotecas durante la conferencia anual que realizara conjuntamente con la Asociación Americana de Bibliotecas, el pasado mes de Junio en Toronto.
Resulta chocante que un bibliotecario diseñe a la ligera una resolución que afectará la libertad intelectual de gente que vive en otro país, y más aún que lo haga siguiendo una estereotipada agenda política que reproduce cada palabra de esa propaganda tan familiar a todos los cubanos de mi generación. En un texto de apoyo a su moción el Sr. Campbell escribió: "Los bibliotecarios tendrán que decidir si la libertad intelectual y el acceso a la información, entre nuestros más apreciados principios, son ideales a defender sin importar la realidad histórica y social". Me pregunto si la realidad histórica y social en que el pueblo cubano se encuentra actualmente atrapado lo descalifica para merecer libre acceso a la información o poder leer otros libros que los aprobados por el Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, órgano que toma tales decisiones en la Isla. Como un refugiado de ese régimen tan ardientemente defendido por el Sr. Campbell, no puedo dejar de cuestionar su concepción de la libertad intelectual y el acceso a la información como derechos selectivos, no universales. Esto es simplemente discriminatorio y hasta racista, no importa cuán políticamente correcto pretenda ser.
(...) Igualmente preocupante para mí es el hecho de que tal resolución haya podido aprobarse por un cierto número de bibliotecarios canadienses sin un debate que incluya a la parte afectada. Esto me recuerda desagradablemente los métodos que aplica el Gobierno cubano para manejar el disenso y las diferencias.
(...) Se supone que quienes trabajan con libros gusten de hacerlos circular libremente, en lugar de restringir o prohibir algunos de ellos, alegando que podrían colaborar al derrocamiento de un gobierno —conclusión realmente absurda. Eso precisamente es lo que han estado haciendo las bibliotecas oficiales durante 44 años en Cuba. No solamente libros de autores exiliados y clásicos antitotalitarios como 1984, de George Orwell han sido prohibidos, sino también obras de escritores como Pedro Juan Gutiérrez (...) las Bibliotecas Independientes de Cuba nacieron en 1998, después que el Comandante dijo que "no hay libros prohibidos en Cuba, sino falta de dinero para comprarlos". Berta Mexidor y Ramón Colás decidieron poner su biblioteca familiar a disposición de vecinos y amigos en la ciudad de Las Tunas...

Hay que tenerles miedo. En cada época los intelectuales americanos han intervenido en Cuba. ¿Cómo ver la presencia de Hemingway en la Isla sino como intervención? (Quien lea El viejo y el mar sabrá que ese vecino de San Francisco de Paula, ¡era un ignorante de Cuba!). Pero en América vivimos en estos momentos lo que Rimbaud llamó el "tiempo de los asesinos". Y nos tocarán criminales, esta vez. Ya desembarcaron en las costas de Cuba: vienen disfrazados de cineastas y de bibliotecarios.

Por muchísimo menos de lo que ha dicho Noam Chomsky sobre el 11 de septiembre, la gente iba a parar al cuarto de interrogatorios del Comité de Actividades Antiamericanas, y con razón. Por declaraciones mucho más inocentes, Ezra Pound pasó años en un sanatorio. Chomsky es el ideólogo del fanatismo iluminado: leyendo esa Biblia en que se ha convertido 9-11, las boberías de Celine parecen irrisorias. Comparado con Comandante, de Oliver Stone, The Triumph of the Will, de Riefensthal, es como una secuencia de Bambi. Es el grado cero de la cultura, y todo lo que no caiga dentro de la ecuación chomskiana/stoniana viene a ser un cero a la izquierda. Todo —buenos y malos, izquierda y derecha— está estipulado en esa visión imperialista del mundo. Según te sitúes en el debate de Cuba también puedes lograr un nombramiento académico o convertirte en fantasma. La gente te pasará por el lado sin verte. Sucede con los invisibles presos cubanos y con los crímenes del fidelismo: son transparentes. Baudrillard lo llama "transparencia del Mal". El cero absoluto es un cero a la izquierda.

En cuanto a la última redada de disidentes en Cuba, estos McCastristas han preparado ya su versión oficial de los hechos. Wayne Smith se la explica a todo el que quiera escucharlo: los disidentes eran agentes de una potencia extranjera, dice, y enseguida nos manda a consultar la Constitución castrista. Cason sería el instrumento de la política de "cambio de régimen", de Bush. Pero, acusar a un bibliotecario de ser agente del enemigo, ¿no era la definición de McCarthismo? Y, ¿se hubiera atrevido McCarthy a llegar tan lejos?

Los Beals, Walker y Odets de hoy se llaman Oliver Stone, Noam Chomsky, Wayne Smith y Brian Campbell —este último es el bibliotecario canadiense que propuso la resolución de condena a las bibliotecas independientes en Cuba (que espera ser aprobada también por las bibliotecas americanas)—. Si las razones de Campbell parecen sacadas de un manual de lineamientos del Partido es justamente porque lo son. Los lineamientos de un partido que no quiere decir su nombre. ¿De qué partido? ¿Del comunista? ¡Qué va! ¡De algo peor! El comunismo es sólo una máscara de la que el Partido se deshizo hace tiempo para tomar otra, y otra. Los cubanos que vivimos en América sabemos que las máscaras envejecen, pero el Partido es inmortal.

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