www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
  Parte 2/2
 
Con voto y sin voz
Juicios simbólicos, señales fantasmas. El continuismo de George W. Bush en su política hacia Cuba.
por ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
 

¿Cómo catalogar las dos últimas medidas anunciadas por el gobierno republicano y saludadas con júbilo por buena parte del exilio? Una es un enjuiciamiento sin posibilidades de realizarse en la actualidad, porque no existe un tratado de extradición con Cuba y los acusados no pueden ser juzgados en ausencia. La otra es la ampliación de las trasmisiones de Radio y TV Martí mediante un nuevo y moderno sistema de satélite. Una idea poco innovadora y que parte de una premisa ilusoria: el entusiasmo de los poseedores de equipos de recepción por satélites en la Isla. Son dos medidas que estaban en marcha desde años atrás. El anunciarlas justo en el momento en que la Casa Blanca se encuentra bajo un intenso fuego —por incumplir con lo que influyentes grupos del exilio consideran son parte de las promesas electorales que permitieron el triunfo de Bush— resulta al menos sospechoso. Cabe preguntarse si el objetivo principal, en este caso, no es tranquilizar las voces disidentes dentro del republicanismo. Se necesita mucha ingenuidad para creer posible el reforzamiento de la audiencia de TV Martí gracias a los miles de equipos de recepción por satélite que han recibido los cubanos en la Isla, enviados por sus familiares en el exilio. Hay una ironía en el hecho de que los mismos que se oponen al envío de las remesas ahora saluden con entusiasmo el plan. Precisamente han sido los familiares que mandan dólares los que también han mandado antenas. Por lo demás, hay que ser muy optimista para pensar que un cubano agobiado por los problemas para subsistir en Cuba va a cambiar de posición su antena y abandonar una película de aventuras o erótica, una telenovela o un show con participantes —que cuentan las perversiones más íntimas o las desventuras más desgarradoras— por un noticiero, un programa de comentarios políticos o cualquier otro que debe cumplir normas estrictas de programación, en cuanto a su formato y contenido. Es bueno que una radio y televisión gubernamentales cuenten con equipos modernos para una mejor transmisión. Pero también es fundamental no olvidar que el destino de una emisora pública es brindar información objetiva y balanceada, nunca competir con los medios de difusión privados.

La actual administración republicana ha continuado la política anterior, porque considera que es lo más adecuado con la situación internacional actual. Los decepcionados hacen bien en protestar y no conformarse con anuncios apaciguadores. Ahora se encuentran presos de una vieja trampa de la democracia. Tuvieron voto, pero no tienen voz. Lo malo para ellos es que cada vez le quedan menos lugares donde gritar.

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