www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de abril de 2005

 
  Parte 1/2
 
La luz que agoniza
A tope el 'nerviosismo de Estado': Ginebra en acción, las Damas de Blanco en la calle y corrupción en la 'batalla de ideas'.
por LEONARDO CALVO CáRDENAS, La Habana
 

Sirva el título de este viejo filme norteamericano, que tanto me recuerda las noches de cine hogareño junto a mi, por suerte, interminable abuela, para reflejar la impresión que causan algunos giros de la realidad política cubana en los últimos días.

D. Blanco
Represión contra las Damas de Blanco: ¿teme el gobierno perder la calle?

El proyecto sociopolítico vigente por 46 años en Cuba, y al que sus líderes y seguidores persisten en seguir llamando revolución, se ha autoproclamado faro que ilumina los destinos del continente y el Tercer Mundo, pero parece que esa luz comienza a languidecer, de manera tan dolorosa como irreversible.

El domingo 20 de marzo, las Damas de Blanco, esposas y madres de varios de los 75 prisioneros de conciencia que por estos días cumplen dos años de injusto encierro, fueron embestidas, de forma verbal pero agresivamente, por una claque de casi 200 mujeres que gritaron consignas pro gubernamentales y profirieron ofensas.

Está claro que la agresiva provocación que pretendió, sin éxito, interrumpir la pacífica peregrinación de las valerosas mujeres, es la prepotente respuesta del poder a las acciones cívicas con que durante esa semana estas admirables cubanas recordaron el segundo aniversario de la ola represiva que colocó tras las rejas a tantos cubanos valiosos e inocentes. Se conoce que las manifestantes "revolucionarias" fueron reclutadas entre las trabajadoras y funcionarias de centros laborales vinculados al sector dolarizado de la economía.

El joven doctor Darsi Ferrer Ramírez, que lidera en La Habana un proyecto independiente de promoción de salud, el día 19 de marzo, junto a sus compañeros Frank Delgado Macías y Roberto Guerras Pérez, vio, por dos veces, allanada su vivienda por una turba que prácticamente los masacró, sin privarse de utilizar porras policiales de reglamento y armas blancas, y ante la vista atónita e incrédula de algunos representantes de la prensa internacional.

Ambos hechos, tanto por lo bien conocidas que son las Damas de Blanco como por el nivel de violencia demostrado, han sido ampliamente divulgados, dando una prueba más de la naturaleza intolerante y represiva del régimen de La Habana. Más allá de los lamentables sucesos y los impactos en la opinión pública internacional, vale la pena penetrar en las causas, esencias y repercusiones políticas de lo arriba descrito.

De caballos de batalla a caballos de Troya

Tal parece que por estos días el "nerviosismo de Estado" adquiere niveles insospechados. El recurrente fantasma de la corrupción que gravita sobre las esferas gerenciales de la industria turística ha obligado a casi militarizar el sector e imponer medidas de control y vigilancia prácticamente inquisitoriales; así como la certeza de que es real el extendido rumor sobre el conato de corrupción protagonizado por los jóvenes regentes de la publicitada "batalla de ideas", quienes, contando con todos los recursos, poderes y la confianza del más alto liderazgo para llevar adelante la "obra de la revolución", dejaron de ser caballos de batalla para convertirse en caballos de Troya: desinflaron de un incómodo pinchazo el andamiaje estructural y propagandístico, que sustituyó una vez más la institucionalidad por la contingencia voluntarista del poder absoluto.

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