www.cubaencuentro.com Viernes, 29 de julio de 2005

 
 
 
Hernández Busto sobre el comentario de Duanel Díaz (III y final)
 

El infatigable Duanel Díaz ha vuelto al ruedo acusándome, esta vez, de mago. Sus "evidencias" desaparecen y, por supuesto, la culpa es mía. Tales "pruebas", que ya en la primera de sus contribuciones tomaban la forma de una larga cita de un párrafo suyo y otro mío, debieron ser explicadas en posterior contribución suya porque el cacareado plagio no se sostenía con la mera confrontación de las dos citas. De la posterior glosa de Duanel se deduce lo mismo que yo afirmaba: que los términos a los que me refiero, en una breve descripción del libro de Rafael Rojas Un debate canónico son de Rojas ("desnacionalización del texto", "neutralización de la voz femenina"), o de Bloom ("Escuela del Resentimiento") e incluso del marxismo reciclado en postmodenismo de Jameson y Spivak ("instancias subalternas"). Queda sólo la "anulación de la voz negra", que era justamente el tema de mi polémica con Rojas, saturada de comentarios críticos (eso sí, bastante menos pedantes que los posteriores de Duanel).

Repito la pregunta: ¿por qué Duanel Díaz, que suele poner una nota al pie cada cinco palabras, no cita ni una vez mi larga polémica con Rojas en su ensayo publicado en La Habana Elegante?

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Duanel Díaz sobre la entrevista a Hernández Busto
Hernández Busto sobre el comentario de Duanel Díaz
Duanel Díaz sobre la entrevista a Hernández Busto (II)
Hernández Busto sobre el comentario de Duanel Díaz (II)
Duanel Díaz sobre la entrevista a Hernández Busto (III y final)

Me dan absolutamente igual las opiniones que mi libro Inventario de saldos le susciten a Duanel Díaz. Está en su derecho de lector (aunque yo también tengo derecho a sospechar de alguien que no sabe diferenciar entre un inventario y un inventario de saldos). Pero en términos generales, todo su performance verbal no me parece más que una rabieta, el soberbio arrebato de alguien disconforme con mis opiniones sobre el aporte de los intelectuales que viven en Cuba que, molesto al descubrirse poco citado en una entrevista, decide vengarse acusándome de plagiarlo. Hasta ahora me he limitado a ripostar una acusación infundada: mil palabras contra 5000. Y es que no hay que disfrazar estas rencillas de polémicas necesarias.

No tengo inconveniente en polemizar seria y largamente con Duanel Díaz sobre hasta qué punto los "intelectuales de dentro" han debatido sobre el canon literario cubano, y sostener con múltiples pruebas mi afirmación de que esa polémica ha tenido lugar sobre todo en el exilio. Daría para un par, al menos, de buenos ensayos, en los que podríamos comentar también algunas elásticas afirmaciones del próximo libro de Duanel sobre el origenismo.

Pero cualquier polémica intelectual debe tener unos parámetros éticos con los que Duanel Díaz no ha cumplido esta vez. ¿Por qué enmascara su malestar de intelectual de “dentro” con el bulo de un plagio por parte de un intelectual de "fuera"? Nunca he negado que mi opinión fuera interesada, y es obvio que hoy en día cualquier libro, incluido mi Inventario de saldos, es un ejercicio de autolegitimación. Pero Duanel no acude al mismo recurso: acusa sin pruebas, intenta convertir esta polémica, motivada por su inagotable soberbia, en su exclusivo ejercicio de autolegitimación.

Invito a Duanel Díaz a que rebase sus medias tintas retóricas y se convierta en un verdadero contrincante. Lo invito a darle forma legal a su acusación de plagio. O a retirarla públicamente. Entonces podremos polemizar todo lo que quiera en éstas o en otras páginas.

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