www.cubaencuentro.com Martes, 16 de agosto de 2005

 
  Parte 1/2
 
Un avión para Castro
Cuarenta y cinco millones es el costo de la aeronave. Para los cubanos, promesas de ollas y chocolatín proletario.
por ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
 

Dentro de pocos meses el gobernante cubano Fidel Castro dispondrá de un nuevo avión para recorrer el mundo. Se trata de un Il-96-300, de fabricación rusa y similar al que utiliza el presidente Vladimir Putin. Está dotado de sala de reuniones, despacho, dormitorio, televisión por satélite e Internet.

F. Castro
Castro: ¿pasión por los aviones?

La nave cuenta con capacidad para transportar hasta 250 pasajeros (en su versión comercial) y diez toneladas de equipaje. Tiene una autonomía de vuelo de 11.000 kilómetros, una velocidad de crucero de 900 kilómetros y alcanza la altura de 12.000 metros. De acuerdo con la agencia de noticias EFE, el moderno Il-96-300 sustituirá al viejo Il-62 construido hace 30 años especialmente para Castro —que es una copia del que en su época usaba el fallecido dirigente soviético Leonid Brezhnev.

Para el cubano que en la Isla enfrenta diariamente apagones, el calor y la falta de alimentos, la noticia de que el mandatario adquiera un avión que cuesta 45 millones de dólares marca un agudo contraste entre la miseria cotidiana y el estilo de vida de la cúpula gobernante. Una cosa es pararse ante el micrófono y hablar de ollas arroceras, deliciosos bombones y recetas para ablandar frijoles, y otra muy distinta es moverse en limusinas Mercedes Benz, tener cotos privados de caza y zonas marítimas reservadas para la pesca submarina.

Predicar la modestia y el sacrificio. No privarse del disfrute de ventajas sólo comparables a las que tienen los jefes de Estado de las naciones más ricas del planeta. Pueden invocarse razones de seguridad, pero siempre se impone la distancia entre el estilo de vida de quien gobierna y el de quienes son gobernados. Estas diferencias —lógicas en cualquier país— se magnifican en Cuba por el discurso populista que se divulga a diario desde la Plaza de la Revolución. Palabras repetidas y carentes de sentido. La nación cubana utilizada como trampolín para satisfacer gustos y caprichos.

No hay que responder al populismo con otro de signo contrario. La compra de las aeronaves (dos en total) fue gestionada mucho antes del paso del huracán Dennis, que destruyó cosechas, líneas energéticas y viviendas. Pero la escasez en Cuba forma parte del proceso revolucionario desde sus inicios.

Si quien dirige el país se empeña en obligar a los cubanos a una vida extremadamente limitada, en cuanto a la satisfacción de las necesidades materiales, debe al menos predicar con el ejemplo. Nunca lo ha hecho. Hay un código que determina lo que puede poseer y aspirar el pueblo y otro que rige la vida de quien está al frente de la nación. Castro nunca ha querido ser el gobernante de un país subdesarrollado, sino una figura mundial. Lo ha logrado, pero a cambio de subordinar la Isla a sus planes hegemónicos. Ha rechazado el destino más simple de mejorar el nivel de vida de los ciudadanos. Le debe el heroísmo a quienes han tenido que soportarlo.

La soledad de Ilyushin

La compra de los dos aviones de pasajeros Il-96-300 no es una prueba del avance económico de la Isla. Si el viejo Il-62 simbolizó el papel preponderante que la desaparecida Unión Soviética le otorgó a Castro, el nuevo Il-96-300 es una muestra del esfuerzo ruso por salir adelante en un mundo capitalista. Un avión igual al de Brezhnev. Otro semejante al de Putin. Ahí comienzan y terminan las similitudes.

Los expertos han señalado las dificultades por las que atraviesa Rusia para vender aviones con un largo alcance de vuelo. Se calcula que hasta el año 2010, esta nación podrá colocar en el mercado mundial sólo unas pocas naves de estas características. La competencia norteamericana (Boeing) y europea (EADS, Airbus) domina el mercado. Quedan para Rusia algunas naciones en vías de desarrollo —como China e Irán— y algunos países latinoamericanos y del Oriente Medio (se vaticinan órdenes de venta de unas veinte naves de aquí al 2010).

1. Inicio
2. Sólo en el mercado...
   
 
EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Un pueblo sin ley, una nación sin amparo
ORIOL PUERTAS, La Habana
Falsa alarma
MIGUEL FERNáNDEZ-DíAZ, Miami
¿Injerencia o ayuda?
ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir