Como todas las iniciativas que preconiza y financia el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el canal de televisión Telesur surgió el pasado 24 de julio, día del natalicio de Simón Bolívar.

Hugo Chávez: el gerente principal de Telesur.

Con su ya tradicional grandilocuencia, Chávez proclamó: "Ha nacido Telesur, la niña bonita de la integración". Según la propaganda oficial, el nuevo canal tiene como objetivos impulsar la integración latinoamericana, rescatar la identidad regional y "luchar contra el imperialismo en cualquiera de sus formas".

La prioridad que Chávez otorga a este formidable instrumento de comunicación para América Latina se puede medir por el hecho de que su ministro de Información, Andrés Izarra, renunció al cargo para presidir la nueva sociedad, teóricamente para que no se diga que "el gobierno está directamente involucrado en su dirección".

Para conocer el futuro de la "niña bonita" de Chávez, bastará con acercarse al historial de algunos personajes que dirigen el canal.

El colombiano Enrique Botero es el director de noticias de la señal latinoamericana. Acerca de sus nuevas funciones, ha señalado que una de sus tareas es "la batalla informativa" a la cadena estadounidense CNN.

"No quisiera entrar en guerra con la CNN, pero sí darles la batalla informativa. Vea el caso de Irak: mientras ellos hablan de guerra, nosotros hablamos de invasión", dijo el pasado 25 de julio.

Esto de la terminología resulta importante en la manipulación noticiosa: los terroristas que colocan autos-bomba en Bagdad, con el saldo de civiles o niños muertos, podrán ser clasificados como insurgentes o rebeldes y, en el caso de los de ETA, serán separatistas.

Como resulta clásico en estos casos, Botero negó que el canal se transforme en un órgano de propaganda oficial, pero consideró "legítimo que quien puso el dinero para crear el canal aspire a tener en él alguna incidencia".

En los medios periodísticos de Bogotá, Botero está calificado como un elemento que disfruta de la confianza de las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reconocidas por sus actividades terroristas y vinculación con el narcotráfico.

Cuando hace unos años el jefe militar de las FARC, Jorge Briceño Suárez (conocido como el "Mono Jojoy"), tuvo necesidad de hacer públicas sus condiciones para rechazar cualquier diálogo de paz con el gobierno colombiano y la liberación de rehenes, organizó una visita de Botero a su campamento para grabar una entrevista que después se transmitió en un canal de televisión.

"Las conexiones de Botero con las FARC se mantuvieron todo el tiempo, uno de sus interlocutores era Rodrigo Granda, que fue capturado en diciembre de 2004", dijo a Encuentro en la Red un alto funcionario del gobierno colombiano.