Según se comunicó en la reunión, Europa se mantuvo como el mayor socio en el intercambio comercial, con un 41,0% del total. Siguen América con el 39,0%, Asia con el 18,0%, y África y Oceanía con el 2,0%. Por países, los principales partners por orden de importancia fueron: Venezuela, España, China, Canadá, Rusia, Países Bajos, Francia, México, Italia y Brasil.
En 2002, Estados Unidos de América surgió como un socio comercial de cierta importancia. Vendió productos en un rango de 1.150.000 toneladas, con un amplio surtido de 300 renglones, fundamentalmente alimentos, por un valor de 250 millones de dólares a pagar al contado.
De acuerdo con otras fuentes, de nuevo el níquel resultó el producto más importante de las exportaciones cubanas, con un monto de alrededor de 500 millones; superior a las ventas de azúcar estimadas en 450,0 millones de dólares.
Las perspectivas para 2003 no parecen ser mejores para el comercio exterior cubano. Los precios del combustible continúan creciendo a niveles estratosféricos, lo cual asfixia la economía. Las disponibilidades de azúcar para exportar se vaticinan drásticamente inferiores, debido al cierre de casi la mitad de la industria. La producción citrícola permanece afectada. Aunque pudiera haber un ligero incremento en la producción niquelífera y existieran mejores cotizaciones internacionales del mineral, los aumentos en los ingresos no serían considerables.
Llama la atención que el Sr. Lage, en las conclusiones del balance de la gestión del MINCEX, se refiriera a la corrupción y llamara a prevenirla en el sector del comercio exterior. En las condiciones cubanas, cuando un tema tan delicado como ése se aborda, e incluso se resalta en la prensa, puede constituir una señal de que los problemas tienen amplia trastienda.
Sin duda, las dificultades del intercambio comercial de bienes están teniendo un fuerte impacto en la economía cubana, y en el ya deteriorado nivel de vida de la población. Representan un elemento negativo adicional a otros factores adversos, como son la reducción en los niveles de inversión directa extranjera, el inestable comportamiento de la llegada de los turistas, y la incertidumbre respecto al envío de las remesas desde el exterior, fundamentalmente de Estados Unidos. |