www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
  Parte 2/2
 
Cadena perpetua y pena de muerte en Cuba
El principal promotor del Proyecto Varela hace un llamado urgente a la comunidad internacional.
por OSWALDO PAYá, La Habana
 

Elementos que presentó la fiscalía: testigos que difamaron sobre la moral y la conducta de los acusados, es decir, delatores que no faltan en las tiranías. Agentes infiltrados como espías entre la disidencia, que ratificaron las ideas y expresiones que los acusados siempre han hecho públicas. Además, los trofeos encontrados en los registros-saqueos realizados en las viviendas. Por último, una verborrea fanática, servil, inconsistente y mentirosa. Muchas afirmaciones sobre supuesta comisión de esos delitos, pero ninguna descripción sobre cómo se cometieron.

Hechos comprobados y pruebas relacionados con estas acusaciones presentados: Ninguno.

Sentencias pedidas por la fiscalía: doce años, quince años, dieciocho años, veinte años, veinticinco años, treinta años de prisión para la mayoría, y cadenas perpetuas para más de una docena de los acusados.

Ninguno de los acusados podrá hablar por radio y televisión, a no ser que el sistema de terror lo reduzca sicológicamente para manipularlos. Ni aun así dejarían de tener valor y ser dignos de respeto y admiración, ya que su sacrificio por el pueblo los lleva a ese inmenso riesgo de caer en las manos satánicas de sus verdugos, en total indefensión. Digo esto porque algunos de los acusados, después de varios días confinados en las terroríficas celdas de la Seguridad del Estado, en total indefensión, se han retractado de sus posiciones en los juicios celebrados. Todo hombre tiene límites para soportar el terror y la tortura sicológica, las amenazas y otros tipos de tortura; esto puede variar de una persona a otra. Pero en este caso lo que no varía es el valor de la causa que defendían todos, la de los derechos de las personas.

Esta situación creada en Cuba, dentro del estilo represivo de este régimen, es sumamente grave y peligrosa. Las detenciones y los juicios son totalmente arbitrarios, injustos e ilegales. Pero la dimensiones jurásicas de las condenas pedidas, la descarga de odio contra la disidencia pacífica y la campaña nacional de represión evoca otras situaciones en las que los opositores, miles de ciudadanos, han sido encarcelados en situación de verdaderos rehenes. No es una exageración. Estas condenas de cadena perpetua son una amenaza de muerte para todos los opositores pacíficos cubanos. Lo que ocurre es que, cuando se trata de Cuba, los condicionamientos políticos e ideológicos y las imágenes estratificadas de la supuesta Isla de la Libertad enfrentada al gigante del Norte impiden a algunos ver a once millones de seres humanos sometidos a un régimen de no de derecho por una oligarquía que, como todas, defiende sus privilegios.

Denunciamos este atentado contra la opción pacífica como vía para lograr el inevitable y justo cambio en nuestro país. Ahora que tantas voces se levantan contra la guerra, que nadie quiere, pedimos que nuestro pueblo no sea, una vez más, víctima del olvido y de la hemiplejia moral, quedando solo y recibiendo el silencio de los que en el mundo gritan por otras causas.

Esperamos ahora la solidaridad sostenida por la liberación de los prisioneros de la Primavera de Cuba.

Esta ola represiva es un intento definitivo por aniquilar el camino pacífico para el cambio, y prepara al país para la confrontación y el caos como si fueran la única alternativa a este orden sin derechos. Esto se expresa en su consigna de "socialismo o muerte". Algo que debería ofender a los socialistas. Pero también es una sentencia de muerte. Los cubanos no queremos apoyo para hacer la guerra, ni el apoyo de la guerra, ni de intervenciones para lograr la democracia. Pero sí la solidaridad mundial para que no aplasten a los que construyen la paz y son los primeros en transitar el camino de la paz hacia la reconciliación y los derechos. 

Al terminar este artículo, me informan que el fiscal del Tribunal de Santiago de Cuba ha pedido la pena de muerte para José Daniel Ferrer García, el líder del Movimiento Cristiano Liberación en esa provincia. Sus acciones han sido todas pacíficas y sin ofensas, sólo ha trabajado intensamente en el Proyecto Varela. Hacemos un llamado urgente a todas las personas de buena voluntad para que levanten su voz y contribuyan a salvar la vida de este pacifista.

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