Como en los años sesenta y setenta, artistas e intelectuales de Europa y América se han pronunciado a favor o en contra del régimen de Fidel Castro.
En Cuba, sin embargo, el ciudadano de a pie está al margen del debate mediático. Si acaso le llega alguna información, es la suministrada por la prensa gubernamental, que, como se sabe, sólo da versiones a favor.
No obstante, los pocos ciudadanos con acceso a Internet extraen noticias y declaraciones y las hacen circular entre personas de su confianza. Ello explica que el punto de vista más conocido dentro de la Isla haya sido el giro de 180 grados dado por el escritor portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura. Su Hasta aquí he llegado fue recibido con satisfacción por quienes no tienen donde expresar sus sentimientos y opiniones.
Una simple empleada dijo: "Ojalá pudiera colgar en la puerta de mi casa un cartelito con la genial frase". Gracias a un viejo radio ruso marca VEF, puede sintonizar Radio Exterior de España y la BBC. Por dichas emisoras se ha enterado de otros documentos y escuchado a intelectuales de la talla del español Fernando Savater.
El 18 de marzo apareció por última vez en la prensa cubana un escrito favorable de Saramago. Se trataba de un fragmento del discurso contra la guerra en Irak pronunciado por el portugués en un acto efectuado en Madrid, ciudad donde el sábado 26 de abril, ante unos 2000 participantes, fue hecha pública una declaración firmada por 50 artistas e intelectuales españoles, entre ellos los actores Javier Bardem y Marisa Paredes, los cantantes Ana Belén y Víctor Manuel, los compositores Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, los cineastas Pedro Almodóvar y Fernando Trueba, y la escritora y periodista Rosa Montero.
En el mismo diario, el 13 de marzo, aparecería, también por última vez, un texto del escritor uruguayo Eduardo Galeano, titulado La náusea. Galeano, como Saramago, fue duramente criticado en posteriores artículos de Granma.
"Pero parece que los insultos le resbalaron a Galeano", comenta un barbero que recibe de un cliente copias sacadas de Internet. Lo dice porque el escritor uruguayo es uno de los firmantes del Llamado a la conciencia del mundo, leído por el sociólogo mexicano Pablo González Casanova desde la Plaza de la Revolución de La Habana, el primero de mayo.
"Este llamamiento, como el Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos y la adhesión al Frente Antifascista Mundial (hasta el presente, valga aclarar, solamente ha sido suscrito por organizaciones nacionales), lo veo muy manipulado y distorsionado, haciendo hincapié en supuestas amenazas de invasión. Los cubanos no sabemos de dónde sacaron eso: hasta la fecha no se ha producido ningún incidente que nos haga sentir que estamos en los albores de una guerra", expresa un profesor de historia. "En todo caso, lo que tenemos es la guerra del hambre", sentenció un jubilado mientras hacía cola para cobrar su pensión de 100 pesos mensuales (4 dólares).
Para muchos en la Isla, la amenaza real es la supervivencia diaria, debido a una situación económica que mantiene a gran parte de la población mal nutrida. Supervivencia, además, desarrollada en medio de una política represiva que va más allá de la lucha contra las drogas, la corrupción y las ilegalidades. Que no permite ninguna iniciativa por cuenta propia.
A esta realidad se une el hostigamiento y el acoso contra los opositores y los periodistas independientes que no han sido encarcelados. Pequeñas cosas —como diría Joan Manuel Serrat— que escapan a la vista de quienes en el mundo defienden o fustigan al régimen de Fidel Castro. |
