www.cubaencuentro.com Martes, 30 de marzo de 2004

 
  Parte 1/2
 
Horrores de la cárcel
Violencia contra las cubanas: Por más de 40 años miles de mujeres han padecido en prisión las peores vejaciones y atropellos por razones políticas y de conciencia.
por ILEANA FUENTES, Miami
 

La Fundación Cubana de Derechos Humanos denunció este mes de noviembre 2003 las condiciones de terror y tortura que lleva a cabo la Seguridad del Estado contra las reclusas en el Centro de Operaciones de ese organismo en Holguín.

La Cabaña
Antigua cárcel de San Carlos de La Cabaña.

"Día y noche se suceden los casos de mujeres que caen en angustioso pavor de desesperación gritando a voz en cuello clemencia a Dios y a las autoridades, que hacen mutis, oídos sordos. Las reclusas son metidas en gavetas, es decir, en celdas tapiadas muy estrechas, con camas de cemento y un hueco en el suelo para hacer las necesidades. Pululan los roedores, las cucarachas y otros insectos. Estas mujeres carecen de todo tipo de pertenencias personales y casi siempre falta el agua hasta para bañarse, teniendo que consumir agua muchas veces con insectos dentro. Las tanquetas donde guardan la  comida que reparten, carecen de higiene y huelen a podrido. La comida es poca y de mala calidad (…).

En estas gavetas permanecen semanas y meses, gritando aterrorizadas por el calor y la oscuridad, producto de los frecuentes apagones. A estas mujeres les inyectan sedantes para mantenerlas semidrogadas. Son atendidas por hombres, quienes tienen que llevarles prendas íntimas femeninas, sin respetarse su privacidad. Si las detenidas protestan en alta voz son llevadas a celdas de castigo de mayor rigor".

Pero esto no es nuevo. Por más de 40 años, en las cárceles de mujeres de Guanabacoa, Guanajay, Baracoa, La Cabaña, El Caney, Kilo-5, Manto Negro, Nuevo Amanecer y América Libre —valgan los eufemismos—, miles de cubanas (se calcula que unas 8.000 en cuatro décadas) han padecido las peores vejaciones y atropellos por razones políticas y de conciencia.

La doctora Ana Lázara Rodríguez era una estudiante de medicina cuando la revolución llegó al poder. Durante 19 años fue presa política. Entró en prisión en 1961, a cumplir condena de 30 años, luego de un sumarísimo juicio político. Fue puesta en libertad en 1980. En su libro Diary of a Survivor: Nineteen Years in a Cuban Women's Prison (Diario de una sobreviviente: diecinueve años en una prisión cubana de mujeres), publicado en 1995 por la editorial neoyorquina St. Martin's Press, la doctora Rodríguez revela una espeluznante realidad, de la cual cito a continuación un breve pasaje:

"Llevaban veinte minutos sacando a las presas de sus celdas, una a una. Cuando una mujer oía su nombre, tenía que ir caminando hasta el comedor por el pasillo del Pabellón D, en la planta baja de la prisión de Guanajay, escoltada por dos guardias. En ese umbral simplemente se desaparecía. A los pocos minutos, los guardias pronunciaban otro nombre, y sin detenerse, escoltaban a la próxima presa hasta la puerta al otro extremo del comedor, que conducía al ala nueva y recién inaugurada del recinto. Aquel pasillo apenas iluminado con dos bombillos, era un lugar tenebroso. Me dio la impresión de haber entrado en una cueva prehistórica bajo la tierra…

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