No corresponde ni aceptamos que ningún factor externo, sea de Estados Unidos de América, Europa o de cualquier parte, trate de diseñar el proceso de transición cubano o, supuestamente, convertirse en actor del mismo. Corresponde a los cubanos realizar los cambios. Es en este Diálogo Nacional entre cubanos, que ahora iniciaremos, donde se diseñará el proceso de transición para Cuba. Es la movilización ciudadana, que está en marcha con la campaña del Proyecto Varela, la que hará realidad esa transición pacífica.

Reiteramos que lo que Cuba necesita es solidaridad con esta campaña ciudadana por el referendo y el Diálogo Nacional, en la que los cubanos son los únicos protagonistas, y también el apoyo a la liberación de todos los prisioneros políticos.

Tampoco nadie debe tratar de negociar a partir de exclusiones o condiciones que evadan de antemano la esencia del problema cubano, que es la negación de los derechos de los propios cubanos. Si el gobierno de Cuba quiere dialogar, aquí estamos. Si va a continuar la represión, también aquí estamos. En cualquier caso, seguiremos reclamando los derechos para todos los cubanos y no terminaremos esta campaña cívica hasta lograr esos derechos y la liberación de los prisioneros políticos. No nos desgastaremos en polémicas sobre estos temas. Ya lo hemos dicho: nuestra energía es para la lucha positiva por el pueblo cubano.

Muchos cubanos, con amor y buena voluntad, se identificaron con el ideal inicial de la revolución y dieron lo mejor de sus vidas por el bien de Cuba. Pero, hoy, la mayoría de estos y muchos otros se preguntan: ¿por qué los jerarcas del comunismo impusieron este orden sin derechos, aniquilaron toda iniciativa privada y todas las libertades, a nombre de la construcción del socialismo y el comunismo, si al final serían ellos —como lo son ahora— los únicos capitalistas, los únicos ricos, los privilegiados del dólar, mientras la mayoría sufre la opresión y la pobreza y es perseguida sólo por tratar de sobrevivir?

Llamamos una vez más a la reflexión, ya que el pueblo no permitirá que sobre la base de semejante estafa de su vida —a escala de tres generaciones— continúe la desigualdad y la opresión, y que la mayoría de los cubanos siga viviendo en la pobreza y la exclusión.

El Proyecto Varela abre el camino para la participación de todos los cubanos en la vida económica, política y cultural del país, sobre bases sólidas de libertad, derechos y justicia.

Hace dos años comenzó la Primavera de Cuba, que es mucho más que un proyecto: es la esperanza de cambio pacífico, en el momento en que todos sabemos que esta es una necesidad urgente y vital para los cubanos. Sólo con la participación de todos lo haremos realidad. El Proyecto Varela continúa, renace la esperanza: aún es primavera, de la que Cuba renacerá.