Manos amigas ya han puesto a circular dentro de la Isla el Anuario de Presidio Político Cubano(2003), publicación destinada a fomentar en todo el mundo un mayor conocimiento del estado actual en que se hayan varios de los prisioneros políticos y de conciencia, víctimas de la ola represiva de marzo del pasado año.

Preso político Pérez 'Antúnez', uno de los testimoniantes del Anuario.

Sus gestores pertenecen a la agrupación Plantados hasta la Libertad y la Democracia en Cuba, con sede en Miami e integrada por cuatro ex presos de larga data en la lucha anticastrista: Mario Chanes —cumplió tres décadas en cárceles cubanas y fue reconocido en su momento como el preso político más antiguo del mundo, gracias a esa proverbial inclinación que muestra Fidel Castro para agenciarse récords negativos—, Eusebio Peñalver (cumplió 28), Ernesto Díaz (22) y Ángel De Fana (20).

De alguna manera, el Anuario da continuidad al boletín mensual Plantados, que con cierta puntualidad llega todavía —nadie sabe cómo, pero llega— hasta los sitios más recónditos de la geografía cubana, donde precisamente son más crudas las secuelas de todo tipo que impone la irracionalidad totalitaria. Sólo que su objetivo rebasa la inmediatez de este último, al acoger en sus 40 páginas un amplísimo muestrario de los horrores del presidio en Cuba, varios de ellos narrados por los propios reclusos en cualquier pedazo de papel que puedan sacar de la celda.

Quizás no haya una sola palabra capaz de englobar lo que se siente al pasar la vista ante tanta injusticia. No siempre el lenguaje está ahí para completarnos y aportar la justa medida de un estado de ánimo o un sentimiento. Es algo parecido a la impotencia, a la ira, a la tristeza, a la indignación, a la pena más honda. Tal vez la mezcla de todo. Pero no. Uno siente que tiene también que ver con expresiones de una sensibilidad muy alta, capaz de vencer las bajezas humanas, esas miserias emergentes en el accionar del hombre, y por ello las palabras se esconden, se vuelven jabonosas, escurridizas.

Mosaico de atrocidades

¿Qué puede indicar la palabra "indignación" si no se puede trasponer una reja y liberar al ser querido, al amigo o al que lucha por nuestros mismos ideales? ¿Qué es la "impotencia" si no pueden abortarse las terribles huellas que el presidio deja eternamente en quienes lo padecen? ¿Puede algún ser libre sopesar lo justo de palabras como "muerte", "hambre", "soledad", "tortura" y "frío" si no ha compartido la suerte de estos hombres y mujeres?

Cartas, breves mensajes y notas, entrevistas, dibujos y despachos noticiosos que han sido redactados por quienes se encargaron de relevar en sus puestos a los periodistas independientes ahora encarcelados, son el principal contenido de este mosaico de atrocidades que los gendarmes del monopensamiento han sabido prodigarnos en todos estos duros años de socialismo tropical.