www.cubaencuentro.com Viernes, 03 de septiembre de 2004

 
  Parte 1/4
 
La ley y la trampa
Un acercamiento al racismo en Cuba: Si el Estado es el único empleador, ¿quién es el culpable de la marginalidad de los negros en el progreso económico?
por MIGUEL A. GARCíA PUñALES, Madrid
 

El análisis sobre la situación actual de la discriminación racial en Cuba merece ser pausado y sin encasillamientos extremos, aunque los criterios de los diferentes analistas distan de ser uniformes, ni siquiera en el tratamiento de la "hechología" concreta vinculada al tema.

Área dólar
Área dólar: ¿feudo de la raza blanca?

Por ejemplo, la cantidad real de muertos durante la represión al levantamiento de Evaristo Estenoz, en 1912, nunca ha podido ser precisada con certeza. Sólo se dispone de despachos de prensa y alguna declaración oficial muy nebulosa. Según sea el expositor, se atendrá a una cifra u otra, también en dependencia de su línea argumental.

Igual, o peor aun, ocurre con el tratamiento del tema racial en las condiciones de la actual dictadura. Coincidiendo peligrosamente con las nuevas prácticas de manipulación social del gobierno cubano, algunos analistas del patio y también estudiosos extranjeros, pretenden endosar una parte importante de las causas de la marginalidad de sectores raciales, a su discriminación actual por la parte "blanca" de la sociedad.

Un primer problema, a la hora de atribuir las conclusiones analíticas, sigue consistiendo en la adjudicación de la categoría racial "negro" a un enorme espectro de fenotipos raciales, muchos de los cuales —siendo mestizos— no se identifican a sí mismos (autoimagen consolidada) como miembros de la raza negra.

Los eufemismos

Los analistas pecan usualmente al brindar una visión europeizante sobre las gradaciones del color de la piel. Es común en tierra ibera que se haga referencia a todas las mezclas donde participe la raza negra como "negros", o "negritos", cuando se da por minimizar lo que se considera, equívocamente, como una ofensa.

El fenómeno del racismo es una deformación de la individualidad psicológica —antes y después que social—, pero con manifestaciones sociales tan mimetizadas que son capaces de convertir la ley en papel mojado, incluso ante la voluntad inequívoca de las autoridades por hacerla cumplir.

Cuba ha contado, desde 1901, con diferentes cuerpos legales relacionados con el tema de las razas:

Constitución de 1901 No recoge referencias específicas a la igualdad de razas entre los cubanos, sólo referencias a la no existencia de privilegios o fueros. Sin instrumentación de leyes específicas al respecto.
Constitución de 1940 Artículo 20: "Se considera punible toda discriminación por motivo de sexo, raza, color o clase y cualquiera otra lesiva a la dignidad humana".
Código de Defensa Social No recoge ningún artículo referente a la instrumentación del mandato constitucional en este tema.
Constitución de 1976 Artículo 42: "La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencia religiosa y cualquier otra lesiva a la dignidad humana, está proscrita y es sancionada por la ley".
Código Penal (Ley 62) Artículo 295: "Sanción de seis meses a dos años de privación de libertad o multa de 200 a 500 cuotas, o ambas, al que discrimine a otra persona o incite a la discriminación o difunda ideas basadas en la superioridad u odio racial o cometa actos de violencia o incite a cometerlos contra cualquier raza o grupo de personas de otro color u origen étnico".

Como puede observarse a simple vista —y verificarse en todos los textos legales emitidos al efecto—, ha sido el gobierno totalitario, y no otro, el que más preceptos ha legislado en relación con el tema racial.

Sin embargo, el común de los analistas coincide en afirmar que la exacerbación del debate sobre la discriminación racial, a partir de 1959, tuvo objetivos políticos bien delimitados para el gobierno comunista:

En primer lugar, presentar la situación republicana que le antecedió como caótica, en términos de discriminación racial, instituyéndose como la "verdadera" solución definitiva del asunto. En segundo, ganar el apoyo de negros y mestizos, a los que se les presentó el nuevo régimen como su valedor social.

Trabajo, remesas y razas

Eso explica consecuentemente porque, además de la propaganda sobre la situación de la segregación racial en Estados Unidos, la emigración y el exilio cubanos se nutrieron mayoritariamente de blancos, al menos hasta 1980.

Es precisamente ese uno de los argumentos que se manejan a la hora de referirse a la penosa situación socioeconómica de este sector de la etnia cubana: las relativamente bajas tasas de cubanos de la raza negra que se benefician de las remesas familiares procedentes del extranjero.

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