Cuba, ubicada en 1958 entre los primeros lugares de América Latina, presentaba grandes contrastes. A pesar de contar con una producción agrícola e industrial en proceso de crecimiento y diversificación, una balanza comercial favorable en 54 de los 57 años, con 94 estaciones de radio, cuatro canales televisivos y una inmensa red de prensa escrita, una sociedad civil en crecimiento, espacios públicos, libertades y derechos conquistados; sufría al mismo tiempo de injusticias sociales, pero sobre todo de una creciente corrupción política y administrativa que, debido al predominio de una cultura de violencia, desembocó en el proceso revolucionario de 1959.

La última estocada china Lenovo, el proveedor de computadoras más grande de China, anunció un acuerdo por 1.750 millones de dólares para comprar una parte de IBM y advirtió a Dell Computer y Hewlett-Packard, líderes del mercado mundial, que no quedaría satisfecho con su nueva posición como tercer proveedor de computadoras personales más grande del mundo. El arreglo, la adquisición extranjera más grande por parte de una empresa de tecnología china, marca la salida de IBM de un mercado que creó con la primera PC IBM en 1981.

La revolución en Cuba transitó por el mismo camino que en China: concentró en manos del Estado el poder económico, financiero y comercial, disolvió la sociedad civil existente y anuló los derechos conquistados. Como consecuencia, al igual que en China, los productores perdieron el interés por los resultados de la producción, con el consiguiente estancamiento económico.

También, como en China, se optó por las reformas, las cuales se iniciaron en 1994, con la particularidad de que fueron coyunturales, tímidas, aisladas y limitadas a los mercados agropecuarios, el trabajo por cuenta propia y la circulación del dólar. Reformas que, en cuanto "amenazaron" con la formación de una clase media, derivaron en contrarreformas, a diferencia de China.

Cuba: la gran cuesta abajo

Después de casi 46 años de revolución, descontando algunos avances en sectores como la salud y la educación (cada vez más deprimidos e insostenibles), Cuba tiene menos ganado, menos ingenios y menos producción agrícola e industrial (las últimas zafras azucareras no sobrepasan los volúmenes de las primeras décadas del siglo XX); mayor deuda exterior; salarios simbólicos sin relación con el costo de la vida, un racionamiento que vino para quedarse, una nueva distribución desigual de la miseria. Un cuadro negativo que se refleja en la desesperanza, el deterioro ético-moral y el éxodo continuado. Finalizando el cuarto año del nuevo milenio, Cuba se debate en el pasado.

El contraste entre uno y otro modelo radica, como ocurre con los medicamentos, en que si no se aplican con el nivel requerido en sangre, resultan ineficaces. La enseñanza, simple, pero profunda, consiste en que en ausencia de libertades no puede haber crecimiento económico; por esa razón, cualquier reforma que no sea capaz de resolver esa exigencia está condenada de antemano al fracaso.

Hoy, China ha decidido considerar a Cuba como destino turístico para sus ciudadanos, mientras los cubanos apenas pueden moverse de una localidad a otra por problemas de transporte; China ofrece los más variados productos agrícolas e industriales para el intercambio comercial, mientras se interesa por la Isla como plataforma para negocios en el área del Caribe, y por materias primas nacionales como el azúcar, el níquel y el cobalto; China, convertida en uno de los motores de la economía mundial, vive de la producción y los servicios, mientras Cuba tiene como principal ingreso las remesas familiares de los que abandonan el país.

Según palabras del presidente Hu en la clausura del Foro de Inversión y Comercio Cuba-China, "la tecnología informática ha acortado la distancia entre nuestros dos países", a la vez que elogió como mérito de los cubanos haber podido "resistir enormes presiones…". Habría que agregar, a modo de comentario, que lo que no ha logrado la novísima tecnología es acortar los niveles de desarrollo sin realizar las correspondientes reformas y que la diferencia entre ambos modelos "socialistas" es la capacidad del chino para producir y del cubano para resistir.

La diferencia que separa al socialismo de mercado del socialismo de resistencia radica en que el segundo debe ser sostenido económicamente por algún padrino; pero nada indica, a pesar del intercambio de elogios durante la visita, que la hermandad con el gigante asiático llegue tan lejos como para sustituir al anterior padrino.