www.cubaencuentro.com Domingo, 22 de mayo de 2005

 
  Parte 1/2
 
El siglo perdido
Manuel García Díaz, en su libro 'La economía cubana: estructura, instituciones y tránsito al mercado', explica cómo ni el embargo ni el ostracismo sirven para explicar el fracaso del castrismo.
por ELíAS AMOR BRAVO, Valencia
 

Cuando se inicie el proceso de transición a la democracia en Cuba, serán muchos y muy variados los retos que deberán plantearse las autoridades responsables de la gestión del mismo. Pero si hay algo a lo que se tendrá que prestar especial atención, sin lugar a dudas, será a las cuestiones relativas al estado y evolución de la economía en los años inmediatamente anteriores. Muchos serán los problemas y muy graves, desde el punto de vista social, y entonces, los responsables políticos tendrán que adoptar decisiones relevantes para facilitar la transición pacífica a la democracia.

Economía

Los economistas que han intentado acercarse al análisis macro y micro-económico de Cuba han descubierto siempre las mismas dificultades, que se derivan ya no sólo de la pertenencia de la Isla a un modelo de organización colectivista e intervensionista, prácticamente aislado en el concierto de las naciones en la actualidad, y que por tanto carece de cualquier referente, sino a la carencia absoluta de datos y fuentes estadísticas fiables a las que poder referir los análisis a realizar.

Por todo ello, cuando se plantea la cuestión del análisis o evaluación de la economía cubana, es inevitable la aportación de juicios de valor, o del referente ideológico, escondidos tras el análisis de los distintos elementos integrantes del sistema económico. Rara es la ocasión que encontramos estudios y aportaciones en los que la consistencia del instrumental del economista se sitúe en los datos, las estadísticas y la coherencia de las mismas con los procesos que se someten al análisis.

Una tarea que resulta esencial para comprender muchos de los fenómenos que gravitan sobre el sistema económico e institucional que durante cuatro décadas ha ocasionado el castrismo, y por otra parte, desproteger los elementos de fuerza que siguen arrastrando ideológicamente a muchos de los analistas que tratan de aproximarse a las cuestiones relativas a la economía cubana.

Para conocer las claves

Estas cuestiones se plantean en el interesante libro La economía cubana: estructuras, instituciones y tránsito al mercado (Universidad de Granada, España, 2004), del profesor cubano afincado en dicho centro de altos estudios, Manuel García Díaz. Un libro que se sitúa en la tradición clásica del análisis de la economía cubana, que tiene su referente histórico, como muy bien señala el autor, en las investigaciones realizadas por el economista español Julián Alienes en la década de los años cincuenta, y cuya lectura resulta muy recomendable porque viene a plantear cuestiones de calado que despertarán el interés de los que deseen conocer las claves de la economía nacional.

El libro se estructura en once capítulos y una introducción, así como abundante bibliografía que permite profundizar en aquellas cuestiones que puedan resultar de mayor interés para el lector. En ese sentido, una de las principales bondades de esta obra es que huye de los tecnicismos complejos de la jerga de los economistas, y se plantea facilitar al máximo la comprensión de los términos y del análisis, sin merma de rigor y calidad, lo que garantiza su interés para todos aquellos que quieran obtener una idea de eso que se puede denominar "economía cubana".

Con un enfoque ameno y descriptivo, los seis primeros capítulos abordan los aspectos relativos a la población, el mercado de trabajo y la productividad de los distintos factores.

Una de las aportaciones más relevantes es la notable abundancia de series y datos estadísticos que el autor, buen conocedor de las fuentes primarias, se empeña en presentar de forma detallada en el primer capítulo, en el que se hace una crítica al régimen por su escasa atención a estas cuestiones y, sobre todo, por la sistemática manipulación de los datos.

Ciertamente, García realiza un esfuerzo para construir las series estadísticas con las que aborda el análisis de los procesos históricos, y las somete posteriormente a un análisis econométrico que permite contrastar buena parte de las hipótesis establecidas con anterioridad. Algunas conclusiones merecen ser destacadas: el desempleo es un fenómeno grave para las perspectivas de la economía cubana, a pesar de la continua propaganda del régimen.

Tras profundizar en el sentido de las distintas fuentes estadísticas se concluye que las elevadas tasas de paro, estimadas entre un 27% y un 45% de la población activa, van a convertirse en una grave amenaza del proceso de transición a la democracia. Este escenario se ve especialmente afectado por los bajos niveles de productividad que se obtienen en los distintos sectores productivos y la escasez de ahorro de la población, así como el escaso nivel tecnológico de la economía. Si a ello se añade el creciente envejecimiento que presionará fuertemente sobre los sistemas de protección social, la situación no puede ser más compleja.

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