AFP/ La Habana. Efectivos del ejército y la policía del gobierno cubano mantenían el jueves rodeada la embajada de Panamá en Cuba para supuestamente evitar el ingreso de posibles emigrantes ilegales, poco después de que se conociera en La Habana la disposición panameña de acoger a un balsero cubano detenido el martes por guardacostas estadounidenses, cerca de las costas de la Florida.

"Es sólo un operativo de prevención para evitar algún incidente en esta embajada", dijo a la AFP un capitán del Ministerio del Interior, que se encontraba a cargo de una decena de soldados desplegados en el lugar.

Sin embargo, la sede diplomática, ubicada en el barrio residencial de Miramar, mantenía sus actividades con normalidad, comprobaron periodistas de la AFP.

"Aquí no ha habido ninguna clase de incidentes ni nada por el estilo. Estamos atendiendo de forma normal", dijo a la prensa el encargado de negocios de Panamá en Cuba, Abraham Bárcenas.

El dispositivo de "prevención" incluye el cierre vehicular de la cuadra y la limitación del paso de transeúntes.

El gobierno panameño anunció el jueves que daría asilo al balsero Jorge Parrado, quien llegó a las cercanías de las costas de Estados Unidos junto a otros tres balseros en una precaria embarcación el pasado martes.

Parrado se entregó a los guardacostas norteamericanos antes de llegar a tierra, por lo cual —según las disposiciones migratorias vigentes— debería ser repatriado. Pero el gobierno de la presidenta Mireya Moscoso anunció estar dispuesto a concederle asilo político, si lo solicita, y evitar que sea devuelto a Cuba.

"El gobierno de Panamá consideraría la solicitud de asilo al cubano que llegó ilegalmente a los Estados Unidos", señaló el jueves un comunicado de la presidencia panameña.

La política migratoria de Washington hacia Cuba, conocida como "pies secos, pies mojados", establece que todo cubano que llegue a tierra firme estadounidense puede recibir residencia legal; en cambio, quienes sean interceptados en el mar deben ser devueltos a la Isla.

Los tres compañeros de viaje de Parrado lograron alcanzar las costas de la Florida a nado, después de eludir a la Guardia Costera, por lo que tendrían derecho a obtener residencia en Estados Unidos. Sin embargo, un canal de televisión de Miami anunció que los balseros podrían ser procesados por haber amenazado con armas blancas a los guardacostas.