Elizardo San Pedro Marín negó este miércoles ser un agente de la Seguridad del Estado infiltrado en la disidencia interna y dijo ser víctima de una campaña de difamación, informó el diario El Nuevo Herald.
"Pueden tener la completa seguridad de que daré próximamente una respuesta contundente a esas acusaciones'', afirmó San Pedro Marín, de 63 años. "Me asombra que se digan semejantes cosas con tanta superficialidad".
El martes, la Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), una agrupación de organizaciones opositoras, divulgó en La Habana un comunicado que identificaba a San Pedro Marín como el agente "Norman", de la Seguridad del Estado.
Según el diario, la APSC dijo en su nota que esa información fue confirmada durante un trabajo de verificación sobre los presos políticos.
El texto indicaba que desde finales de los años ochenta, San Pedro Marín penetró los grupos disidentes bajo orientación de la Seguridad del Estado.
El supuesto agente salió en libertad el pasado 26 de agosto, luego de cuatro años de prisión, y dijo encontrarse en "proceso de adaptación" para decidir sus próximos proyectos como activista de la oposición interna.
En los años noventa fue dirigente de los grupos Coalición Democrática Cubana y Partido Solidaridad Democrática. En 2001 fue arrestado y condenado por enviar una carta amenazante al entonces embajador mexicano en La Habana, Ricardo Pascoe.
El Nuevo Herald informó que ex presos políticos actualmente exiliados en Miami responsabilizan a San Pedro Marín de numerosas acciones para desmembrar y desacreditar el movimiento disidente, realizadas en los últimos años.
El diario se refirió a la existencia de testimonios, en la Isla y en la diáspora, que vinculan a San Pedro con delaciones que terminaron en redadas de activistas, y con turbias acciones migratorias por las que pedía altas sumas de dinero.
"Este personaje es el responsable de montar un operativo de la Seguridad del Estado, en el verano de 1994, para sacar de Cuba a una veintena de activistas que el gobierno quería quitarse de encima", dijo Pablo Reyes, quien salió al exilio en 1995 tras cumplir tres años de cárcel.
Reyes agregó que "San Pedro Marín asumió posiciones extremistas de la llamada línea dura para ganarse la confianza de los exiliados".
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