Cartas
www.cubaencuentro.com Jueves, 01 de mayo de 2003 www.cubaencuentro.com

Encuentro en la Red agradece los comentarios, inquietudes y críticas de sus lectores. Las cartas no deberán exceder las 200 palabras e incluirán el nombre y la ciudad del remitente. La redacción se reserva el derecho de editar o resumir los textos.

Desde hace muchísimo tiempo no hemos leído un artículo con un análisis tan formidable de lo que somos, cómo nos ven y cómo nos vemos. Pero tiene que ser alguien de fuera de nuestra comunidad el que pasará el bisturí y nos ponga delante del espejo. Háganle llegar a David Landau una entusiasta y calurosa felicitación. El artículo (El musgo que crece en sus traseros) merece el honor de estar colgado en vuestra Web en lugar preferencial por semanas y semanas para que lo pudieran leer el mayor número de personas.

Saludos para todos,
Demetrio López

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En días pasados leía el artículo de Manuel Díaz Martínez (Fusilados, presos y rehenes) y pensaba que no era posible que la cobardía podía llevar a una persona a los extremos de aprobar algo a lo que realmente se opone; incluso me preguntaba cómo personas que se dicen cristianas —como es el caso de más de un firmante— no eran capaces siquiera de aducir razones de conciencia para no firmar un documento que los hunde para siempre en la ignominia. Después de haber leído la Carta Abierta a Manuel Díaz Martínez, he vuelto a pensar en el tema y mi conclusión es la misma, si alguno lo hizo por cobardía vendría bien recordarle la sentencia que determinó el castigo que recibió uno de los personajes de la novela El Maestro y Margarita: "la cobardía es el peor de los pecados".

Quiero hacerles conocer que desde hace poco más de un mes accedí a Encuentro en la Red, son ustedes para mi una cita diaria.

Un saludo desde Miami,
Carlos Hernández

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Busqué con ansia la noticia en El País dominical sobre la manifestación realizada en Madrid el sábado pasado. Hubiera querido estar allí. El titular, sin embargo, me decepcionó: "Un acto contra Castro acaba en un ataque furibundo al PSOE". Describen abucheos e increpaciones a los artistas que asistieron e incluso agresiones físicas a miembros de algunos partidos por la no asistencia de otros. Creo que, para una vez que casi todos están de acuerdo en la condena al régimen, no debería caerse en descalificaciones politiqueras contribuyendo a ensalzar a unos partidos y machacar a otros, ese no es nuestro tema. Y mucho menos desafiar a los artistas que se posicionaron en contra de la guerra de Irak porque esta vez no son tan activos, a pesar de haber firmado dos veces una carta pública por su desacuerdo con estas medidas. Si se pide democracia y libertad de expresión en Cuba, no creo que se deba cuestionar el posicionamiento de otros de esa manera. Creo que esa actitud descalifica a los cubanos, y nos hace perder fuerzas y apoyo a la hora de pedir democracia para Cuba, libertad de expresión y pensamiento. Me hubiera gustado leer en El País un titular parecido a este: "Un acto contra Castro reúne a miles de cubanos y españoles pidiendo democracia para Cuba".

Ana Díaz,
España

Referencias
Ejercicio de tolerancia (MICHEL SUáREZ)
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Soy cubano, radicado en Tenerife (España). Llegué a este bello país hace 1 año y dos meses, por la conocida, en aquel tiempo, vía Rusia. Aquí tengo una amiga cubana que hace alrededor de dos semanas me recomendó que visitara esta página para que conociera cómo se desarrollaba la vida de los cubanos fuera y dentro de nuestra bellísima y superqueridísima tierra. Tengo que decirles que desde que entré al diario me he quedado "enganchado". He podido saciar poco a poco la sed de información que traía, porque para nadie es un secreto que en esta parte de la materia los cubanos están huérfanos. Los felicito, de todo corazón, por su magnífico trabajo.

Un fuerte saludo,

Alfredo Valle
Tenerife

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Con extremo orgullo y obvia dificultad he logrado al fin acceder a esta soberana página. Vivo en el exilio desde hace diez años y en todo este tiempo, además de cargar dignamente sobre mi espalda el doloroso precio del destierro, he tenido también que soportar un sin número de comentarios "favorables" sobre la obra de la revolución cubana, algo que no tolero y que en ocasiones me ha llevado a tomar posiciones de extrema derecha. No es difícil imaginar con cuántas presiones y obstáculos tendrán que lidiar para estar aquí frente a millones de monitores, y esta hazaña, casi imposible en la Cuba secuestrada por Fidel Castro, les será sin dudas gratificada desde lo más profundo del corazón de millones de cubanos en el exilio y de quienes sin ningún tipo de pasiones quieran conocer la tormentosa y enajenada realidad de desesperanza de mi pueblo, en pleno siglo XXI. Mil gracias por estar aquí.

Adriana de Martínez,
Caracas

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Lo hice el domingo pasado: mandé un correo de agradecimiento después de leer las palabras inmensas e intensas del texto (En defensa de Raúl Rivero) de Eliseo Alberto al diario El País, porque me pareció extraordinario. Hoy quiero escribirles a ustedes para lo mismo: mi agradecimiento al autor por sus palabras, y a ustedes por publicarlas y permitir que a través de estas máquinas prodigiosas amigos que viven en otros lugares alcancen a saber de ellas. Como en Informe contra mí mismo, nos ha dejado sobrecogidos. Conocemos la realidad cubana, hemos vivido allí seis años. Somos personas de bien, de progreso, y con capacidad —todavía— para discernir. Sus palabras son la realidad que hemos vivido, escritas con un sentimiento y un dolor tremendos. Como dice Eliseo Alberto, hay que hacer algo para impedirlo.

Saludos,
Elisa-Luna

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Hubiera querido tener el talento literario de Eliseo Alberto Diego, para escribir algo similar (México DF: En defensa de Raúl Rivero). Conmueve hasta lo más profundo de las fibras de un cubano. Sé que utiliza la frase "Revolución popular, legendaria y poderosa" con fina ironía. No obstante, la repetición de este término me perturba, me incomoda. Porque la Revolución cubana existió hace ya mucho tiempo. Fue popular, legendaria y poderosa. Ya no es más. La contrarrevolución encabezada por el propio Fidel Castro la aniquiló. Y nos duele que así sea.

Ana J. Faya, Canadá

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Estoy tan de acuerdo con la carta de Alina Brouwer y con el artículo al que cita (Fusilados, presos y rehenes, de Manuel Díaz Martínez), que no se me ocurre decir más. Sólo una cosa, que no recuerdo quien dijo, pero que es algo así: "Puedes no hacer lo que quieres, pero no estás obligado a hacer lo que no quieres."

Saludos desde México,
José A. Fernández

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Carta abierta a Manuel Díaz Martínez

A finales de los años 70, mi padre estuvo en la "Unión Soviética", dando un ciclo de conciertos con orquestas muy prestigiosas, yo tendría apenas 9 o 10 años y salvo algún comentario sobre la calidad de las orquestas y/o la burocracia típica de esos sistemas, sólo recuerdo los dos o tres chistes traídos por mi viejo, de la tierra de los "bolos"; chistes que habían sido "cocinados" por ellos mismos. Uno de ellos, contaba mi padre con deleite, describía a un perro americano que había ido de visita a la Unión Soviética, y allí otro perro soviético le dio el "tour" de rigor, mostrándole todos los logros que ellos, los perros comunistas, habían alcanzado: la educación, la salud socializada, los grandes avances científicos, en fin, el paraíso en la tierra. El perro americano, ya en su avión de regreso al "imperio", se encuentra al perro soviético, escondido debajo de su silla, y extrañado, le pregunta qué hace allí, tratando de escapar, si lo tiene todo en su paraíso de los trabajadores, a lo que el perro soviético le contesta: sí, eso te he dicho... pero yo lo que quiero es ladrar.

En estos días terribles, he leído artículos y escuchado opiniones respecto a lo que ha pasado en la Isla, y modestamente, quisiera decirle que me parece muy exacto el análisis que usted ha hecho sobre todo lo acontecido. Además, le admiro su capacidad para todavía conceder el beneficio de la duda. Definitivamente, los años de prisión y los fusilamientos son mensajes dirigidos al pueblo de Cuba, rehenes al fin, de que eso también les puede pasar a ellos. Al igual que los mítines de repudio, que más que repudio para los que los sufren son mensajes de terror para el resto de la población, incluyendo a quienes participan activamente en dicha persecución.

De la lista de firmantes de esa infame carta, le puedo decir que, sin temor a equivocarme, conozco personalmente al 90% de ellos, les vi en mi casa en muchas ocasiones, me vieron nacer, crecer, etc. Es evidente que el "Comandante en Jefe, Fidel" no ha querido asumir estos presos y estos muertos él solito, y ha comenzado a repartir esa carga, que es sin duda bastante pesada de llevar.

Tener miedo es algo tan humano como amar, todos sentimos miedo, pero adjudicarnos el papel de Dios, apoyando la encarcelación de otros semejantes, porque sólo quieren "ladrar", y firmando la sentencia a muerte de unos infelices que escapaban, probablemente sin ellos mismos tener conciencia de que no sólo muestra lo aberrante de ese sistema, y que mi padre y algunos de sus colegas hayan puesto sus nombres y apellidos a semejante documento, va mucho más allá que sentir miedo por sus vidas; es un acto de cobardía.

Sólo me mueve a escribir estas líneas el dolor y la vergüenza que siento. Quién sabe si algún día uno de estos artistas y/o intelectuales, se encuentren en algunos de sus conciertos o en algunas de sus conferencias a alguien que se les acerque, no ya para pedirles sus autógrafos o decirles lo mucho que les admiran, sino para identificarse, como familiares de los muchachos fusilados o parientes de los presos. Mucho me temo que ni mi padre, ni sus colegas, van a poder, nunca más, caminar las calles de nuestra querida Cuba, con la ligereza y el desenfado con que lo hicieron ayer. Ese va a ser su castigo.

Quedo de usted,
Alina Brouwer

Referencias
Fusilados, presos y rehenes
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Acabo de hablar con un amigo que esta mañana conversó por teléfono con su familia en Cuba. Ellos viven en las Villas y están aterrados, "viendo caer en el patio de la casa las bombas que han lanzado en Irak". Eso nos revela que una vez más Castro ha acudido a su vieja táctica: amedrentar al pueblo con la invasión americana. Cada vez lo consigue con menos gente, pues el pueblo le cree menos, pero como es dueño de la información, crea un clima histérico que termina por envolver a los menos informados, a la gente simple que ya casi no puede vivir sin un temor de turno. ¿No sería bueno solicitar a Washington que declare públicamente su desinterés en un ataque militar a Cuba, para desmentir así a Castro y desarmarle? Sería además un buen momento, dada la crisis internacional en que se encuentra. Cada vez que tiene una crisis así, quien paga los platos rotos de su paranoia es el pueblo cubano.

Ana Núñez, Los Ángeles

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