Cartas
www.cubaencuentro.com Lunes, 27 de junio de 2005 www.cubaencuentro.com

Encuentro en la Red agradece los comentarios, inquietudes y críticas de sus lectores. Las cartas no deberán exceder las 200 palabras e incluirán el nombre y la ciudad del remitente. La redacción se reserva el derecho de editar o resumir los textos.

Muy oportuno el artículo Sucesión, invasión y bendición porque es un tema que cobra cada día más importancia en el futuro cercano de nuestra patria. No hay dudas de que el Tirano en Jefe y sus secuaces más allegados dedican buena parte de su tiempo a dejar montada una sucesión de su modelo totalitario. Pero una cosa es lo que ellos piensen hacer y otra será lo que imponga la realidad, tanto en lo interno como el papel de actores externos, principalmente la vigorosa comunidad cubana radicada en Estados Unidos.

Creo que la elite gobernante sabe que ese mito indecente llamado revolución cubana, con 46 años de fracasos e involución, no tiene formas de proyectarlo al futuro, a menos que sea por medio de más represión, y eso tendría un costo político tan alto que pondría en peligro su propia existencia. Muy a su pesar, tendrán que pensar en una solución negociada que les permita reacomodarse a las nuevas condiciones sin la presencia física del dictador.

Si hay algo que resulta evidente en la conversación del cubano promedio, es el deseo de cambios reales en el modelo de sociedad actual.

Francisco,
La Habana

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Tal parece que se acerca el fin, porque últimamente leo en la revista Encuentro mencionar a Batista, y tal parece que no han pasado 46 años y continúan hoy haciendo lo que hicieron mucho antes, de lanzar a los cubanos unos contra otros; cuando lo que debemos es restañar viejas y nuevas heridas y tratar de hacer una Cuba mejor de lo que fue anteriormente.

Gustavo Carmona,
Texas

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El autor del artículo La propiedad olvidada ha demostrado por fin ser un férreo opositor a la dictadura… de Batista. No importa que esa dictadura fuera derrocada hace 46 años. Nunca es tarde si la causa es buena. Si no puede tumbar a Batista con sus escritos, al menos persigue a los viejos batistianos hasta sus respectivas tumbas. Y no importa que Felipe Rivero no haya sido ministro de Batista y en cambio Carlos Rafael Rodríguez sí. ¿Por qué tanto empeño en perseguir a una turba de fantasmas y predifuntos? El objetivo de su artículo no son los fantasmas del batistato, sino colgarle el cartel de batistianos a Frank Calzón o a Marta Beatriz Roque por la vía del contagio y la insinuación falaz. Una y otra vez clasifica al exilio en bueno (él) y malos (los demás). Dividir a la oposición cuando el dictador todavía está en pie sólo puede tener un beneficiario, el propio dictador.

Ireno Valdés

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Si bien es cierto que en Miami la derecha exilada ha controlado la opinión pública, ya que inicialmente se compuso de batistianos, también vinieron los ex fidelistas. Desde entonces, no cesaron las divisiones e incluso surgieron movimientos socialdemócratas como la Agrupación ABDALA en los años setenta, mayormente compuesta de jóvenes; quién habló de un socialismo democrático sin revanchismo para Cuba.

Por razones obvias, este grupo no fue bien acogido por el grueso conservador del exilio, a pesar del anticastrismo vertical de la Agrupación ABDALA. No le aceptaron sus teorías de no reclamar las propiedades que dejamos en Cuba, por ser una claudicación ante el tirano. ABDALA siempre reconoció que Batista era un dictador que, junto a muchos males de la pseudorepública, causó el advenimiento del castrismo. Aun cuando ABDALA confrontó física e ideológicamente a grupos procastristas, como las Brigadas Venceremos, Areito y los Maceitos, estas posiciones nunca ganaron la simpatía de las generaciones mayores del exilio.

Sin embargo, vale la pena preguntarse el motivo que insta al autor del artículo La propiedad olvidada a estas alturas a lanzar esta andanada brutal contra un sector del exilio. Parece un ataque solapado por alguien no muy disgustado con el castrismo, pues él rechaza el embargo como una estrategia siniestra contra el pueblo de Cuba y no contra Castro.

Creo que el futuro de Cuba está en manos de los de allá, que desde aquí limitadamente ayudamos. Si se quita el incentivo del embargo y además regresamos en el tiempo con la teoría de que el exilio es netamente batistiano, se peca de agente del castrismo. Dediquémonos a construir y no lo contrario.

Carlos Delgado,
Miami

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Leí una carta del señor José González, quien no está de acuerdo con la política de mano dura de los dos congresistas de la Florida respecto a Cuba. Se queja de que puede ir a Cuba sólo cada tres años. Lo más probable es que cuando este señor va a Cuba de visita, lo menos que está es con la familia. Debe ser otro de los "turistas" que ahora van allá a "descubrir" los paisajes, playas y bellezas que tiene Cuba. De esos hay muchos y yo los conozco. Además, dejemos a Batista tranquilo; dejen ese tema de una vez y por todas. Los que siguen con eso son los comunistas, pues repiten como robots las palabras de Fidel. Dan asco y vergüenza. No dicen que Fidel lleva 46 años en el poder, ni qué vamos a hacer para ver si salimos de él. No, todo es ir a Cuba, mandar dinero y que siga la comparsa.

Magaly Ravelo,
Nueva Jersey

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Excelente el artículo La propiedad olvidada. Hasta ahora no había leído a alguien que escribiera con tanta claridad sobre la verdadera naturaleza de muchos líderes de la comunidad cubana en la Florida, herederos de Batista y responsables también de que Castro llegara al poder. Espero que su voz se siga escuchando entre los cubanos de dentro y fuera de la Isla, y que la cordura que prevalece en su escrito se imponga durante la necesaria transición a la democracia en el país. Dicen que los vencedores escriben la historia, por eso debemos evitar que estos descendientes de Batista y partidarios de la línea dura y el embargo se autoproclamen los vencedores en la caída de la dictadura y nos impongan su versión edulcorada de la historia. El verdadero vencedor será el pueblo dentro de la Isla, que durante tantos años ha sufrido los errores y caprichos del sistema. Todos los cubanos tendremos derecho a participar en la reconstrucción del país y la construcción de la democracia, pero debe ser una participación en que todos tengan los mismos derechos y no haya grupos que por tener más recursos económicos impongan sus puntos de vista.

Rafael Mendoza,
Nueva Orleáns

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En relación con el artículo Paisaje después de la batalla, que me pareció muy bueno, quisiera que alguien hable de cómo se va a pagar, por ejemplo, la deuda cubana en caso de que mañana termine el gobierno de Fidel Castro; la deuda a Rusia, España, Canadá, China, México, Venezuela. Pues si un futuro gobierno dice que no paga, dirán que es comunista, no gozará de la simpatía de Occidente, no saldrá del bache; sin inversiones ni ayuda es difícil y vendrán los problemas sociales. Si, por el contrario, un gobierno dice: pagamos la deuda de años de despilfarro y fatal economía, el pueblo va sufrir las consecuencias.

Juan

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Me parece requetebuena la opinión del autor del artículo La propiedad olvidada. "Esos" que dicen buscar la libertad en Cuba aplastando(los)nos desde aquí (EE UU) merecen el mayor de mis desprecios. Los Díaz-Balart, la Ross-Lehtinen, cada vez se alejan más (por no decir que están bien lejos) de nuestra Cuba real. Para mi ellos no son ni cubanos, pues, como Batista, muestran el mayor desprecio hacia nosotros. Solamente practican la ley del odio y la secesión, dejándonos apenas ver a nuestras familias en Cuba una vez cada tres años, o eliminando casi a cero la ayuda económica que podamos dar a los que allí lo necesitan.

Yo soy uno menos en su política de abusos, como me imagino que hay muchos "menos" que como a mi nos perjudican.

José González

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Muy original el artículo La Habana: Orishas y arcángeles, de Rafael Alcides. A pesar de las "imperfecciones técnicas" señaladas por el lector Ernesto Zúñiga en su carta, creo que muestra una situación a mi modo de ver un tanto humorística: la conquista del viejo continente por los que en otra época fueron víctimas, lo que es fácil de constatar, por ejemplo, subiendo al metro de Madrid y observando la correlación de fuerzas. Me encantaría leer algo sobre el tema visto desde la óptica de Enrisco o Fernández Larrea.

No deja de sorprenderme la carta de Zúñiga, a quien noto un tanto "escandalizado" con los "sacrilegios" del artículo. Esa postura más bien correspondería a personas que como yo, nos sentimos más cercanos —por crianza y por fe— a los "arcángeles", con los que el artículo no tiene compasión alguna. Por ese camino de decretar sacrilegios y herejías, un día los orishas igualmente podrían convertirse en arcángeles.

Contrapone en su carta los "diplo-babalawos" a los "diplo-disidentes" y esto de veras logró arrancarme una buena carcajada. Existen los dos, señor Zúñiga, pero sencillamente no veo la relación entre ambos ni por qué unos son el equivalente de los otros. Tampoco veo tan difícil que tomen en cuenta nuestras opiniones críticas sobre los artículos que publica la revista, pero sobre todo me gustaría que fueran los autores quienes las tomaran en cuenta. Definitivamente, el "síndrome del Granma" nos ha hecho mucho daño. Lo que se publica en Encuentro en la Red no es precisamente la opinión oficial de la disidencia, sino sencillamente la opinión oficial de los autores de los artículos.

Y en ese sentido tengo que discrepar con Orishas y arcángeles.No creo que estos últimos se encuentren en discreta y rauda retirada de nuestro país, todo lo contrario. Baste recordar la visita del Papa o darse una vuelta por los catecismos de cualquiera de nuestros templos. Pero en fin, he pasado un rato agradable con artículo y carta, así que para ambos hermanos mis felicitaciones.

Gabriel

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El artículo Uno contra todos es una buena radiografía del statu quo que sufrimos los cubanos desde 1959. La naturaleza propia del Estado cubano actual es totalitaria, excluyente y represiva, por eso daña a la inmensa mayoría de sus ciudadanos y permite que el grupúsculo que usurpa el poder y sus protegidos vivan como parias a costa del sacrificio de los derechos más elementales del resto de la población.

La involución de la sociedad cubana es tal que, literalmente, el dictador puede decir: "el Estado soy yo". Los que vivimos en Cuba estamos totalmente desprotegidos de los desmanes y vaivenes de ese "Gran Hermano" que es el Estado comunista, por la ausencia del imperio del derecho y el respeto de la ley.

Estoy seguro que la tragedia cubana, que ya dura 46 años, merece ser objeto de profundos análisis sociológicos para tratar de explicar cómo fue posible que una sociedad haya sido obligada a retroceder de un Estado de derecho en pleno proceso de desarrollo, a formas semifeudales y casi esclavistas de organización social, donde el individuo tiene que subordinarse a los intereses del Estado.

Sin dudas, la solución del problema cubano está en la transición hacia un Estado de derecho pleno y democrático.

Francisco,
La Habana

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