www.cubaencuentro.com Martes, 12 de abril de 2005

 
  Parte 2/2
 
Vivir la historia para darse cuenta de ella
GCI escribe por última vez con el humo de su inevitable tabaco una palabra que señala una ciudad perdida e inventada: La Habana.
por RITA MARTIN, Carolina del Norte
 

Del humor al humo

Cabrera Infante no nació en La Habana, pero llegó un día a ella para no abandonarla. Utilizó el seudónimo de Caín para firmar sus críticas de cine; pero de igual manera pudo llamarse Bustrófedon, ya que encarnaba esa manera antigua de escribir en dos direcciones, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda.

Más que un modo de rellenar renglones en una u otra dirección, este modo en Cabrera Infante se convirtió en figura literaria y salió el escritor Bustrófedon con destino exílico hacia Europa, pero quedó anclado en América; vivió libre en Inglaterra, pero permaneció prisionero de la historia de Cuba; agradeció las neblinas londinenses y los conciertos, pero en su mente hubo una transparencia y una fijeza: la mucha luz del trópico y las habaneras, el son, el danzón, las zarzuelas cubanas, la rumba, la trova, la guaracha, la conga, el mambo, el bolero, el cha cha chá, el feeling, o su música extremada.

A Guillermo Cabrera Infante le gustaban las asociaciones. Por eso es inevitable recordar que el 21 de febrero es, además, el Día Internacional de la Lengua Materna, un día en el que se dan cita las aproximadamente seis mil lenguas vivas y actuantes que existen en el mundo. El guiño de Bustrófedon es insistente, no es a su muerte a la que se asiste sino al homenaje de otras lenguas y de su lengua materna, la cubana, porque aunque Cabrera Infante fue sin duda uno de los mejores escritores de la lengua española, hay que reconocer que hablaba en cubano como nadie, añadiéndole al absurdo de esta lengua, su buena dosis de cinismo y humorada; lo cual, para seguir el ritmo del Infante difunto, es humo, humor, pero también morada.

Del humor al humo hay otra historia ocurrida hace 282 años en la isla de las distopias. Es el año de 1723 y el gusto por el tabaco, ese mismo al que Cabrera Infante era casi un adicto, se había extendido por toda Europa; mientras que la difícil situación de los vegueros que lo producían terminó en una manifestación de rebeldía contra el coloniaje español. Ciertamente, los insurrectos fueron ejecutados; pero la barbarie contribuyó a escribir la acción al revés, a la manera de Bustrófedon, ya que la misma coadyuvó, primero, a crear el sentimiento del criollo y, posteriormente, en el cubano, un sentido de fractura con lo español y su discurso colonial. La manifestación de los vegueros significó algo más que muerte y escarnio público, señaló un espacio y una acción de resistencia de un país que comenzaba a gestarse.

Esta referencia histórica parece absurda, tal vez barroca, sin duda un palimpsesto. Para algunos no tendrá sentido pero resonará en un hombre y los lectores de ese hombre que, a través del humo del habano (¿vano?), fundó por medio de su memoria una ciudad otra que sobrevive (resiste) los desastres de la paz y el esfuerzo de algunos en hacerla desaparecer. Sólo se necesita para encontrarla y (re)construirla una fe en la literatura similar a la del arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, porque La Habana está ya y para siempre en la obra de Cabrera Infante, del mismo modo en que Troya invitaba a ser descubierta desde las descripciones de Homero.

El (re)encuentro con la ciudad dormida, su (re)invención o renacimiento será quizás la verdadera revancha de un escritor llamado Cabrera Infante, cuyas ficciones preparan tales regresos y diálogos imaginarios.

1. Inicio
2. Del humor...
   
 
EnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Verena tropical
CARLOS ESPINOSA DOMíNGUEZ, Farmville
Polemiza, que algo queda (II)
CED, Farmville
Million Dollar Baby: basura trascendente
NéSTOR DíAZ DE VILLEGAS, Hollywood
Un 'nuevo' concepto de honestidad intelectual
ORIOL PUERTAS, La Habana
Para no olvidar lo que somos
CARLOS ESPINOSA DOMíNGUEZ, Farmville
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir