Luego de varias salidas escabrosas, los Yankees han comenzado a ver al José Ariel Contreras del que tantas maravillas escucharon, pero que aún tardaba en revelar todo su talento en el entrenamiento de primavera de las Grandes Ligas.

José Ariel Contreras calienta los motores.

No más conocer el cubano que su padre de 80 años había abandonado el hospital en Pinar del Río, donde había sido internado a causa de problemas renales, se produjo en él un cambio radical. El lanzador que unos días antes fuera vapuleado sin contemplaciones se convirtió en un dominador temible.

En sus últimas dos salidas, Contreras trabajó como en sus mejores tiempos con la selección nacional de la Isla, al punto de no permitir anotaciones en casi nueve entradas de actuación. Ello da a los Yankees un momento de respiro en medio de los más diversos rumores.

Se llegó a decir que el cubano había sido sobrepagado, que los neoyorquinos habían perdido la perspectiva en su centenaria rivalidad con los Medias Rojas de Boston, y soltaron los 32 millones de dólares de su contrato sin siquiera verlo lanzar al nivel más alto.

Por último, los Yankees estaban considerando muy en serio la posibilidad de que Contreras iniciara la temporada en la Triple A y que, una vez maduro en las Ligas Menores, intentara el ascenso al equipo principal desde el bullpen.

De hecho, el manager de los Mulos, Joe Torre, le preguntó al pinareño si no tenía inconveniente en comenzar en las Menores. Pero Contreras contestó al instante: "En Cuba pasé varios años en la Triple A. Para mí ya es hora".

Y parece que lo dijo bien en serio. La situación ha dado un vuelco totalmente favorable para Contreras, a quien la dirección del equipo se le acercó para ratificarle que el día inaugural de la temporada entraría al Yankee Stadium vistiendo el tradicional uniforme de rayas azules y blancas.

Incluso, Torre ha emitido señales de que Contreras, un eterno abridor con las novenas cubanas, podría formar parte de la rotación, junto a Roger Clemens, Mike Mussina, Andy Pettitte y Davil Wells.

Tras su decepcionante paso por el entrenamiento, los Yankees ya andan buscando traspaso para el zurdo Sterling Hicktcok, mientras que Jeff Weaver aún no convence al equipo como para confiarle la quinta plaza de la rotación. Sólo estos dos hombres hubieran podido hacerle sombra al criollo.

Incluso si el cubano empezara en el bullpen, resulta sumamente probable que en cierto momento de la campaña pasara al pitcheo de primera línea. Clemens y Wells ya están en o cerca de la cuarentena, mientras que Mussina anda por los 36 abriles.

Wells ha trabajado muy poco en el entrenamiento y está muy sobrepasado de libras, algo que ha sido criticado por el equipo debido a su largo historial de lesiones. Es un firme candidato a la lista de inhabilitados cuando la magnitud de la temporada caiga sobre su gastado cuerpo.

Por el contrario, Contreras está en la cima de su carrera, en el punto medio donde se mezclan la juventud y la experiencia, y su hambre de triunfo cuadruplica la de estos veteranos profesionales, que ya vieron pasar sus mejores años.

Si aprende a lidiar con los innumerables problemas —sobre todo psicológicos— que conlleva vivir fuera de su país, alejado de su familia y en medio de un clima desconocido, el cubano estará más allá del bien y del mal en las Grandes Ligas. Los Yankees tendrán el regocijo de reconocer que su contrato fue el dinero mejor empleado del mundo.