No defienden los colores del equipo cubano, pero los voleibolistas antillanos que actúan en la liga profesional italiana —la mejor del mundo— han puesto más alto que nunca el nombre de la Isla.

Ihosvany Hernández viste el uniforme del Taranto, de la liga italiana.

Recientemente, concluyó la temporada en esa nación y el grupo de cubanos que actúa allí se ha consolidado en la elite del orbe, luego de dos años de inacción en cumplimiento de una regulación internacional.

Tras abandonar la selección cubana durante una gira por Europa, Ramón Gato, Ihosvany Hernández, Osvaldo Hernández, Ángel Dennis, Alexis Battle y Leonel Marshall tuvieron que esperar el paso de un par de campañas para poder ser contratados por equipos de la liga italiana, según lo estipula la Federación Internacional de Voleibol en el caso de los "desertores" que van de un país a otro.

Pero la espera ha terminado con un final feliz.

Gato, que juega para el Verona, se ubicó como segundo en la lista de los mejores atacadores de la liga, con 476 puntos; mientras que Osvaldo Hernández (Perugia) se ubicaba séptimo, y Dennis (Macerata) se situó en el puesto número 13.

Para que se tenga una idea de lo que esto representa, tres viejos conocidos de los aficionados cubanos, el holandés Reinder Nummerdor, el italiano Luca Cantagalli y el español Rafael Pascual, concluyeron en los puestos 29, 35 y 39, respectivamente.

Allí, donde se reúne lo más granado del voleibol, los cubanos se reafirmaron por encima de varias decenas de estelares brasileños, yugoeslavos, rusos y otros jugadores de las cuatro esquinas del planeta.

Por si fuera poco, Osvaldo Hernández fue elegido como el Jugador Más Valioso de los play-offs en cuartos de final y semifinales, mientras se echaba al Perugia en hombros hasta la final, donde cayó ante el Treviso, que se coronó campeón de la liga.

En cuartos de final, Osvaldo guió al Perugia a vencer al Piacenza, de Marshall y Battle; mientras que el Macerata, de Dennis, se había enfrentado al Treviso.

El otro Hernández, Ihosvany, nunca se caracterizó por su ataque, sino por su efectiva defensa cerca de la malla y también recibió muchos elogios por su actuación con el Taranto.

Sueño de muchos

Todos los grandes voleibolistas del mundo sueñan con jugar en la liga italiana: es —salvando las distancias— como el pelotero que ansía integrar la nómina de las Grandes Ligas, el basquetbolista que añora la NBA o el futbolista que pone su mira en la liga española.

La meca es la meca y la del voleibol se encuentra en la península itálica.

El grupo que abandonó la selección de la Isla hace unos años ya había probado suerte en la liga italiana y comprobaron que podían codearse con los mejores. Ellos pensaban regresar temporada tras temporada, pero las autoridades cubanas decidieron poner fin a ese intercambio, que "contaminaba" a sus "amateurs".

Ante esa posibilidad, no les quedó otro camino que saltar del barco en una de sus últimas travesías.

Recientemente, otro voleibolista cubano de la más joven generación siguió el mismo camino de los que ahora triunfan y decidió abandonar la selección nacional para intentar el sueño de hallar un sitio donde juega "la crema de la crema".

No fue el primero, pero sin duda no será el último.