Adolescentes estadounidenses disputan en la Isla seis encuentros de exhibición contra selecciones cubanas de la categoría de 14 años, informó la AP.

El grupo, de unas 25 personas, obtuvo el permiso del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para viajar a Cuba, a donde llegó el pasado domingo para una estancia de ocho días.

"No importa el resultado, lo bonito es que nos divertimos, además aprendí mucho, el béisbol es mi pasión como la de los niños cubanos", comentó este jueves Julián Walker, el primera base del equipo Toluca Baseball de Los Angeles, después de jugar frente a una selección cubana un partido que ganaron los de la Isla.

Esther, la madre del pequeño y organizadora del viaje, explicó: "El año pasado participamos en un torneo en Nueva York donde lo pasamos muy bien. Decidimos tratar de venir este año a Cuba, es un país que atrae donde se juega el mejor béisbol amateur del mundo, además yo nací aquí".

En 2004 el gobierno del presidente George W. Bush incrementó las restricciones de los viajes a Cuba, pero los intercambios deportivos continúan siendo una de las pocas categorías que permiten a los estadounidenses visitar legalmente la Isla.

McCawley Taylor festejó el haber conseguido batear un indiscutible e impulsar las dos únicas carreras de su equipo en un partido en el que los locales anotaron 12.

"Sabía de la calidad de los peloteros cubanos, son realmente muy buenos, técnicamente todo lo hacen bien", dijo el joven, quien es también lanzador.

Patricia Taylor, cuya bisabuela es cubana, se alegró de la oportunidad que tuvo su hijo McCawley de viajar a la Isla: "Es parte de su cultura, vio cómo la gente es amable, cariñosa con él y cómo los niños cubanos son abiertos y se comunican con ellos".

El entrenador de los estadounidenses, Luis Mariscal, dijo que estos fogueos son una excelente experiencia para sus jugadores, entre los cuales está su hijo Brian.

"La técnica es buena, pero lo más importante es el corazón de jugar que tienen los cubanos, nuestros jugadores se dan cuenta que tienen que estar bien atentos y alertas", comentó Mariscal.

Según la AP, la solidaridad es el final de esta historia como lo recalcó el pequeño Walker: "Veo las dificultades materiales que tienen los niños cubanos y me siento un poco triste. Admiro la motivación que muestran para jugar y ganar. Cuando nos vayamos les dejaremos todos los implementos que tenemos, bates, guantes, pelotas, uniformes, tacos, todo".

"Eso nos hace felices porque lo necesitan, así tendrán un recuerdo de los niños estadounidenses, tenemos la misma pasión, el béisbol".