Actualmente la comunidad hispana les ha brindado su corazón, pero quizá no fue siempre así. ¿Cuáles fueron sus avatares al recomenzar en este país?

GR: El Flaco dijo que había llegado por Dominicana, yo crucé la frontera. Estaba en un festival de teatro para niños en México. No salía de Cuba desde el año 82, no me dejaban. Conseguí por medio de una amiga una invitación a un festival de teatro para niños. Y de ahí ya crucé la frontera directo a la mayonesa, a trabajar en una factoría de mayonesa durante dos años.

Lo que hacen todos los cubanos, todo el que llega aquí: handyman; trabajé en barcos, trabajé de mensajero en una compañía de laboratorios, en cuanta cosa había. Pero siempre trabajando en el teatro. A los catorce días de estar aquí empecé en el Martí. Ahí conocí al productor de Sábado Gigante y en el 94 empecé en ese programa hasta hace como seis u ocho meses. Hacía teatro y, estando en el programa, Roblán me invitó a trabajar con él y estuve un año en el teatro, hasta que El Flaco me habló y empezamos.

MG: El medio nuestro no es fácil. Esto ha sido poco a poco; hemos hecho cosas que hasta, incluso, ni nosotros mismos sabemos. Es como el que escribe una canción y de buenas a primeras da una pegada... Ha sucedido algo así; pero sí hemos logrado unir todas las comunidades, tanto de cubanos como del resto de los países, porque Miami es internacional.

El quid de la cosa era ese, no solamente para cubanos, aquí hay que ser internacional, pues hay gente de todos los países y todos deben entender el humor que haces. Empezamos a trabajar mucho en ese sentido, a tratar de abrir más el espectáculo, ser más internacionales y ahí es donde empieza la gente a interesarse mucho más por nosotros, aparte de los cubanos, que dondequiera que nos hemos presentado siempre nos han apoyado en todo.

GR: Tenemos muchas personas a quienes agradecerles, pero creo que es un agradecimiento mutuo. O sea, nunca encontramos a nadie que no nos necesitara, pero por ayudarnos, nos llevó a trabajar. Cuando fuimos a la radio fue porque el programador de la emisora no tenía un show de la mañana, el que tenía era un desastre.

Cuando trabajamos en Sábado Gigante fue porque necesitaban actores. Cuando Roblán me llamó, igual. Agradecemos, pero no como dice la gente: "ustedes no ayudan a nadie". No, ayudo cuando puedo, pero no puedo poner a trabajar a nadie con El Flaco y conmigo. Trabajamos juntos y lo hemos hecho todo juntos. Algunos ahora se ponen bravos, porque no los pongo a trabajar con nosotros. Le agradecemos a muchas personas, pero pienso que ese agradecimiento es mutuo, porque a esas personas también le dimos lo mejor de nosotros, nos entregamos por completo...

El Mikimbín de Miami se ha convertido en un gran suceso cultural. ¿Cómo surge el programa?

MG: Estando en otra emisora de radio, ya estábamos pensando en hacer un programa de televisión. Dos veces nos reunimos con el dueño del canal y nunca llegamos a ningún acuerdo.

GR: Ahí hay otro caso. Él nos llamó, nosotros no hablamos con él, porque estaba viendo lo que estaba pasando en el radio y dijo: "¿Qué les parece hacer un programa de televisión?". Originalmente la idea fue de Yiki Quintana. Se nos apareció en la otra emisora, un día, con la idea.

MG: Con la propuesta. Ahí empezamos a meterle cabeza a un programa de televisión. Si con la radio y la televisión podíamos hacer algo y que el tiempo nos alcanzara. De buenas a primeras nos fuimos de la radio, porque nos dio la gana y dijimos: "bueno, ya que no estamos haciendo radio, vamos a hacer televisión...".

Actualmente hacemos radio por la mañana y televisión por la noche, en vivo.