www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de octubre de 2004

 
  Parte 2/3
 
Cubano y universal
'La inserción de Cuba en el mercado internacional dependerá de productores, arreglistas, y publicistas', opina el compositor Cheín García Alonso.
por ARMANDO LóPEZ, Nueva Jersey
 

En el verano de 1978, tomaba un curso de literatura, en el Kean College, y me dije: 'Si me gusta la poesía romántica y la música, ¿por qué no hacer canciones?'. La primera que escribí fue en inglés, se la mandé a Lou Rawls y Diana Ross. Fueron tan decentes que me contestaron. Claro, para decirme que no era lo que estaban buscando.

Ch. García
Enrique Iglesias, Cheín García.

Mi padre protestaba: '¡la música es una perdida de tiempo!'. Pero fue papá quien me pidió que enviara un tema al premio de la OTI. Un mes después me llamaron de Univisión. Mi canción Ríe quedó en segundo lugar del concurso. Me gusto tanto escuchar mi música en un escenario, que me tomé en serio componer canciones.

Escribí canciones para Lisette y para su hermana Olguita Álvarez. Mi madre me alentaba, y como ella tenía adoración por Rocío Jurado, me pidió que le escribiera una canción. Coincidió que un amigo me invitó a una fiesta donde estaba la Jurado, me le acerqué, y mostrándole un tape, le dije: 'esta canción la escribí para usted'. Me miró con cortesía y poco interés, y me respondió: 'dásela a mi manager'. A los tres meses tenía un contrato firmado con la RCA de España.

Nace el compositor profesional…

Me creí llegado al cielo, bendita ilusión. Sophy, la popular boricua, me grabó un par de canciones, pero luego pasaron varios años en silencio, hasta que me empaté con Frank Torres, productor del salsero Frankie Ruiz, que me grabó, para comenzar, tres temas: Tú eres, Para darte fuego, Deseándote. Meses después, yo estaba conversando con Lourdes, (que sería mi esposa), cuando llamaron de la editora, que esperara un cheque por mis derechos de autor.

Acostumbrado a recibir chequecitos de cincuenta pesos, ni caso les hice. Pero me preguntaron: '¿no quieres saber cuánto es?'. Cuando me dijeron: '¡son miles de dólares!', por poco caigo al piso. Qué ironía, yo que había crecido escuchando rock, ganaba dinero con la salsa.

El ídolo de Puerto Rico me grabó nueve temas. Siete fueron éxitos continentales, y con Bailando me nominaron para el premio Lo Nuestro. Frankie fue mi pasaporte a la música tropical. Por esa época, compuse salsas para Eddie Santiago, Willie Chirino, Héctor Tricoche, Salsa Kids, Ley Alejandro, Rey Sepúlveda; y temas pop para La Mafia, Chaka Khan, Boys II Men, Boyzone; y canciones románticas para Caridad Canelón, Guadalupe Pineda y Carlos Cuevas.

¿Cree que la salsa sea música cubana?

La salsa es una música de padres cubanos, criada en Nueva York. Nació del son y la guaracha, pero creció en las calles del barrio y del Bronx, entre la plena, la cumbia, el jazz y el rock. Es una consecuencia de la mezcla de culturas que conviven en la Gran Manzana. Basta ver quienes son los principales salseros: de Willie Colón y Rubén Blades hasta Johnny Pacheco y Celia Cruz, El Gran Combo, Oscar D'León, el Grupo Niche o Larry Harlow, cubanos, boricuas, colombianos, dominicanos, venezolanos, americanos y hasta judíos.

¿Estima que la música que se hace actualmente en Cuba pueda ganar los mercados internacionales?

La música no es como hace cincuenta años. En aquella época, los diferentes ritmos y estilos se diferenciaban: el mambo no tenía nada que ver con la cumbia, ni el bolero con el tango. Ahora todos los ritmos están mezclados. En la música pop encuentras influencias de todos los países. En Cuba también se mezclan el son y la rumba con el funk y el rap. La música se vuelve universal. Todo dependerá de la industria: productores, arreglistas y, por supuesto, de la publicidad.

¿Cree que la salsa se esté muriendo?

Tuvo otra recaída. Es un trastorno cíclico. La lucha entre la salsa y el merengue ya pasó. Los dos ritmos están en baja. Se repiten. Y es que si la música no ofrece algo nuevo, termina en estantes de coleccionistas. El mercado no perdona. La juventud es la que baila y canta, y ahora quiere regatón, hip-hop y pop.

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