www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de octubre de 2004

 
  Parte 3/3
 
'Un gobierno democrático en Venezuela será duro con Castro'
William Ojeda, fundador del partido opositor Un Solo Pueblo, estima que sólo una 'estruendosa trampa' permitiría que Chávez continuara en el poder.
por YAMILA RODRíGUEZ EDUARTE, Caracas
 

El 6 de mayo de 2003 viajé como turista a Cuba acompañado de un amigo, el abogado Rubén Darío Romero. La finalidad era entregar una carta en el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) dirigida a Fidel Castro, donde exigíamos la liberación de los disidentes cubanos encarcelados. Nuestra carta nunca fue recibida. Entonces decidimos hacer algo más: hablar sobre democracia en una calle habanera.

Me paré en la esquina de L y 23, frente al cine Yara, y comencé a gritar un discurso que debía durar unos 15 minutos, pero que apenas duró tres minutos. Sólo me dejaron decir: 'nosotros los venezolanos, amantes de la libertad y la democracia, queremos reprochar el encarcelamiento de 75 disidentes pacíficos. Del mismo modo, nosotros los venezolanos, respetuosos de la vida, queremos reprochar el asesinato de tres ciudadanos que por intentar viajar fuera de Cuba fueron vilmente fusilados'. Iba a seguir cuando unos tipos vestidos de civil, supongo que de las brigadas de respuesta rápida, se me tiraron encima y me pegaron contra la pared, al tiempo que proferían insultos. Me dijeron comemierda, agente del imperialismo y otras palabras fuertes.

De inmediato, se presentaron seis patrullas de la policía, me detuvieron y me quitaron el pasaporte. Cuando un oficial revisó el pasaporte, me dijo: 'óyeme venezolano, qué pena con Chávez, qué dirá esta tarde cuando se entere. En esos momentos había mucha gente en L y 23. Me fijé que la reacción de las personas era de incredulidad, no podían creer lo que estaba pasando. Unos pocos me insultaron y se burlaron de mí. Recuerdo con gratitud a una señora mayor que le dijo a la policía que me dejara libre. La respuesta de uno de los agentes fue acusarla de estar contra la revolución, por defenderme.

Unos minutos después trajeron detenido a mi compañero Rubén Darío, que se había apartado de mí, en un intento por llegar al hotel Habana Libre para llamar a mi familia en Caracas. Pero no le dieron tiempo. Alguien lo denunció y lo detuvieron también.

¿Cómo fue la experiencia en los interrogatorios con la Seguridad del Estado?

Nos condujeron a unas oficinas de Seguridad del Estado para interrogarnos. Nos dieron tantas vueltas por La Habana que no sé a qué sitio nos llevaron. Durante el interrogatorio, que duró cuatro horas, un oficial nos dijo que las ofensas a la revolución se pagaban con la vida y que a veces ni la vida alcanzaba para pagarlas.

Yo intenté explicarles que lo único que quería era hablarle a los cubanos sobre los valores de mi país, lo mismo que los cubanos estaban haciendo en Venezuela. Pero los oficiales no entendían, seguían insistiendo en que me había mandado la CIA o alguna agencia del "imperialismo".

Al cabo de las cuatro horas me percaté de que la hostilidad iba bajando. Después supe la causa. La corresponsalía de CNN en La Habana estaba dando la noticia de mi detención. Luego de algunas consultas telefónicas, nos dejaron en libertad con la advertencia de que si hacíamos otro comentario político, podíamos ser severamente castigados.

La frase final que nos dijeron fue: 'los invitamos a irse del país'. Tiempo después me enteré por un funcionario cubano del MINREX que desertó, que Fidel Castro había dado la orden: 'víralos para Venezuela'.

Luego nos metieron en un taxi, escoltado por una patrulla de la policía, y nos llevaron directo al aeropuerto. Cuando llegamos al mostrador de Aeropostal, el vuelo hacia Venezuela ya había partido y no salía otro hasta dentro de dos días. En ese momento llegó un funcionario de la embajada venezolana, quien me comunicó que a petición del gobierno cubano el avión de Aeropostal había regresado al aeropuerto de Rancho Boyeros, luego de 20 minutos en el aire. En ese vuelo salimos deportados de Cuba.

Después de ese episodio, ¿pudo visitar Cuba nuevamente?

Unos meses después realicé mi viaje número 15 a la Isla, pero no me dejaron entrar. Los funcionarios de inmigración me dijeron que era inadmisible mi presencia en Cuba. Tuve que regresar.

Luego de que Hugo Chávez salga del poder veremos qué pasa. Cuba, sin Chávez, trastabillea. Estoy convencido de que un futuro gobierno democrático en Venezuela va a ser duro con el régimen de Fidel Castro, porque ya hemos probado lo amargo del intervencionismo cubano.

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