José Ramón Machado Ventura, miembro vitalicio del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y "organizador" de la nomenclatura, anduvo de visita por la República Popular China y Vietnam.

Represión: ¿el último tema en común entre Cuba, China y Vietnam?

Machado tiene la bien ganada fama de haberse convertido en el hombre más ortodoxo del comunismo cubano. Controla el "aparato interno" del PCC, y las organizaciones de masas, con un espíritu minucioso digno de mejores causas.

Por esas razones, que nadie se entusiasme pensando que fue a esos dos países para aprender de las reformas económicas que han convertido a China en un país que crece todos los años cerca del 10 por ciento y a Vietnam en exportador de arroz. Los dos países asiáticos no sólo han normalizado las relaciones con Estados Unidos, sino que han recibido millonarias inversiones de importantes firmas norteamericanas.

Tanto en Pekín como en Hanoi se han producido relevos en las altas cúpulas de los partidos, Estados y gobiernos, pero Machado Ventura anduvo tranquilo durante su visita, porque los hermanos Castro ya han dicho y repetido que las experiencias de esos países "hermanos socialistas" no deben repetirse en suelo cubano. Eso de que los obreros puedan convertirse en nuevos ricos no es un ejemplo a seguir.

Por eso no fue casual que mientras Machado Ventura visitaba nuevos barrios con edificios relumbrantes, cooperativas de producción agrícola, o contemplaba los letreros lumínicos de las marcas capitalistas y las tiendas que no eran propiedad del Estado, en Cuba se ponía en práctica la medida de suprimir una parte de las actividades privadas autorizadas anteriormente: se acabaron los payasos, magos, masajistas… y no habrá licencias para nuevos paladares.

Los más famosos de estos últimos, como es el caso del paladar La Guarida, que ahora visitan muchos diplomáticos, deben estar ya en manos de la Seguridad del Estado, con un micrófono instalado en la pata de cada mesa. El lugar lo hizo célebre la película Fresa y Chocolate. Al principio puede haber sido iniciativa de algún avispado cubano instalar el "restaurante" en ese sitio, pero ya desde la visita de la Reina Sofía de España (cuando estuvo en Cuba para la Cumbre Iberoamericana), debe haberse convertido en un centro operativo de la contrainteligencia.

La sexta potencia mundial

Mientras Machado Ventura visitaba China, una cadena de televisión europea entrevistaba al representante de la General Motors en ese país asiático, quien declaró que en 2003 ya habían vendido dos millones de autos a los nuevos empresarios chinos y muy pronto incluirían en la línea de producción el modelo Cadillac, que por primera vez se produciría fuera de Estados Unidos.

Para cualquier otro ciudadano en el mundo, una muestra de los éxitos de la reforma económica china. Pero de seguro en la mente de Machado Ventura deben haber estado más presentes los "peligros ideológicos" de la entrada capitalista en el mercado de un país socialista, y las nuevas concesiones sobre el ingreso de empresarios privados chinos en el PCCh.

En China fue recibido por Hu Jintao, 61 años, quien recientemente asumió el control total, después de que Jiang Zemin le trasladase la jefatura del todopoderoso Comité Militar Central. El segundo relevo de generaciones había terminado. Pero el dirigente partidista no aprenderá, ni mucho menos transmitirá, esas experiencias hacia Cuba.