www.cubaencuentro.com Viernes, 29 de julio de 2005

 
  Parte 1/4
 
¿Anti-israelismo o neo-antisemitismo cubano?
La Habana exalta el terrorismo palestino y mantiene en la prensa una postura agresiva contra Tel Aviv. Sin embargo, incentiva bajo cuerda el turismo israelí.
por JOSé ALBO, Tel Aviv
 

Con el brote de violencia que trajo consigo el movimiento armado denominado "Intifada", devenido terrorismo en gran parte de su concepto, el antisemitismo renació —allí donde no existía— y se recrudeció allí donde estaba latente. Siendo Israel el país de los judíos y el judío de los países, y debido a que este rebrote dista, en cierta medida, de los ingredientes tradicionales, podríamos catalogar este fenómeno como neo-antisemitismo.

A. Sharon
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Teniendo como principal componente las grandes masas musulmanas y, dentro de estas, las huestes árabes, se ha alimentado un odio antijudío durante todo el conflicto que rebasa las fronteras del mismo. El antisemitismo tradicional, incubado en la Europa cristiana, es el segundo componente, que a la vez se ha dividido en dos tendencias fundamentales: la de extrema derecha, menor en número y más tradicionalista, que cuenta con su máximo exponente en los movimientos neo-nazis; y otra, mucho más amplia y renovada, localizada en la extrema izquierda, que tras un telón de defensa de las "causas justas", ha seguido los pasos de las potencias musulmanas —a las que además les une su abyecto antiamericanismo— y ha traído como consecuencia la "interjudaización" del conflicto.

La Habana se ha nutrido, fundamentalmente, de las corrientes musulmanas y de izquierda extrema, que son, además, su principal apoyo en la arena internacional. Producto del cotidiano ataque del régimen castrista al Estado hebreo y del desconocimiento casi total, dentro de la sociedad cubana, de la realidad e historia del mismo, así como de las causas que provocaron el conflicto en el que este vive; y siendo además, lo poco que se informa, viciado y en muchas ocasiones alejado de la realidad, se han creado sólidas bases de anti-israelismo entre la población. Esta podría convertirse en fácil presa del neo-antisemitismo solapado que el régimen ha comenzado a exteriorizar abiertamente en tiempos recientes, a través de sus medios de comunicación.

Nazificación del Ejército israelí

Son pocos los cubanos que tienen acceso a otras fuentes de información que no sean las oficiales y, por tanto, esa mayoría restante, imposibilitada de "beber" de fuentes externas, da una credibilidad inconcebible a cualquier publicación oficial. Ergo, esta única fuente —el gobierno controla y censura los cuatro canales de televisión, todas las emisoras de radio, los más de 20 periódicos y revistas existentes, todas las casas editoriales y todos los portales de Internet de la Isla— es predominante en la formación y desarrollo de su criterio general y en lo que al conflicto respecta, en lo particular.

Si Israel levanta su voz aterrorizado ante las manifestaciones antisemitas disfrazadas de anti-israelismo que frecuentan la prensa europea, quedaría petrificado al conocer aquellas que a diario aparecen en los medios de comunicación cubanos, como el uso cotidiano de los términos genocidio, masacres y asesinatos para caracterizar las acciones israelíes. El nazificar al Ejército y al gobierno israelíes se ha convertido en norma.

En el periódico Granma —diario con mayor tirada en la Isla y órgano oficial del Partido Comunista cubano, en el que en más de una ocasión el propio Fidel Castro o su hermano Raúl escriben los editoriales— pululan ejemplos de satanización. Titulares como "Sharon anuncia continuación del holocausto palestino", "Lanza Israel operación tipo nazi contra palestinos en Gaza", "Prosigue genocidio de Israel contra el pueblo palestino", "Extiende Israel operación genocida en Rafah", "Ejército israelí prosigue masacre contra palestinos", "Los soldados israelíes siguen sesgando vidas con odio sin fin", "Palestina se ha convertido en un enorme campo de exterminio" o "Masacre israelí contra población palestina", muestran claramente el grado de incitación anti-israelí por parte del oficialismo cubano.

Caricaturas en las que soldados israelíes caen desde un casco que ostenta una esvástica, o donde un cruel y despiadado Sharon siembra muerte con su vara coronada por una Estrella de David, evidencian una extraña similitud con la prensa antisemita, de forma general, y con la árabe en particular.

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