El gobierno cubano sigue viendo a la Iglesia Católica como un enemigo, "una institución privada que tiene que ser dejada al margen para que no sustraiga fuerzas y energías a la revolución", considera el cardenal cubano Jaime Ortega y Alamino.
"Nos da la impresión de que nuestro país está en lucha sutil contra la Iglesia", afirmó Ortega en una entrevista publicada el domingo por la agencia católica de noticias Zenit.
El arzobispo de La Habana se quejó de la constante supervisión y limitación de las actividades religiosas. "Encima de nuestra cabezas está siempre la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista, un órgano de control que limita la acción evangelizadora de la Iglesia", afirmó.
"Para el Estado cubano la Iglesia o es aliada o es enemiga. Una visión ideológica que no tiene en cuenta su auténtica naturaleza y misión en el mundo", añadió.
El cardenal reconoció que tras la visita a Cuba del Papa Juan Pablo II, en 1998, la Iglesia ganó cierto espacio a nivel social. "Tenemos una Cáritas muy activa, en las parroquias se desarrollan iniciativas de voluntariado al servicio de los pobres y los enfermos".
No obstante, Ortega reiteró que "la presencia de la Iglesia sigue siendo muy limitada a nivel educativo y de medios de comunicación", dos reivindicaciones que los católicos de la Isla han mantenido durante décadas.
En cuanto a los problemas actuales de la sociedad cubana, el arzobispo identificó a la emigración como el "más grave" y aseguró que a los representantes de la Iglesia les "preocupa mucho".
"Demasiada gente se va o trata de irse", dijo. "No se da sólo el fenómeno de la emigración clandestina. En cuanto tienen la posibilidad de obtener un visado para un país extranjero se van o no vuelven. Sobre todo los jóvenes. Esto quiere decir que hemos perdido definitivamente la esperanza en nuestro país. Y esto es muy triste", agregó.
Interrogado sobre la posibilidad de diálogo con el actual gobierno de Cuba, Ortega recordó el discurso pronunciado por el Papa en La Habana. "Sólo con el diálogo se pueden superar las dificultades", citó el cardenal. "Y yo me mantengo fiel a este principio", agregó.
"Lo dijo recientemente el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado: a quien le preguntaba si la Santa Sede no pretende romper las relaciones con Cuba tras las ejecuciones capitales y las condenas a la cárcel de muchos opositores políticos, respondió que el Papa no se arrepiente de promover el diálogo", continuó el arzobispo. "Pretende continuarlo, aunque se hace cada vez más difícil". |