Sectores del exilio cubano en la Florida demostraron este fin de semana en Miami que el embargo sigue siendo un tema en el que la posibilidad de acuerdo parece estar muy lejos.
En un mismo hotel, el Biltmore de Coral Gables, se llevaron a cabo dos seminarios sobre las restricciones de Estados Unidos a Cuba. Uno organizado por los detractores y otro, por los defensores.
El ex presidente soviético Mijail Gorbachov fue el principal orador de la Cumbre Nacional sobre Cuba, a la que asistieron quienes favorecen la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana.
"Levantar el embargo le dará un nuevo ímpetu a los procesos de cambio dentro de Cuba y fomentará una mayor libertad", dijo el ex líder de la antigua Unión Soviética, quien se mostró favorable a que Cuba lleve a cabo su particular "perestroika", según EFE.
En la reunión de los grupos que apoyan las sanciones a la Isla la figura principal fue Roger Noriega, subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, quien aseguró que el embargo se mantendrá como una herramienta de la política de Washington hacia La Habana.
En un discurso pronunciado durante la cena que cerró la Cumbre Nacional sobre Cuba, Gorbachov opinó que el embargo fomenta métodos autoritarios y hace que el gobierno cubano se crea con derecho a utilizar todos los sistemas posibles.
Gorbachov, quien propició una serie de reformas en su país que condujeron a la desaparición de la Unión Soviética, también consideró posible realizar cambios en Cuba, pero no "de la noche a la mañana".
Al final de la cena, a una pregunta sobre la posibilidad de que ocurra ahora una "perestroika" en la Isla, el ex presidente respondió: "estoy convencido".
"Lo que pienso que funcionaría bien es levantar el embargo y estimular las inversiones (…) esto conllevaría a la democratización", agregó.
Fuera del hotel, un grupo de manifestantes en contra del levantamiento del embargo, entre los que estaban tres congresistas republicanos de origen cubano (Lincoln y Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen) mostraban carteles que criticaban la Cumbre y decían a Gorbachov que se marchara a su casa.
Lincoln Díaz-Balart acusó al político ruso de estar en la "nómina de corporaciones multinacionales que buscan el fin de las sanciones de Estados Unidos a la dictadura cubana para hacer negocios con un Estado totalitario, que niega todos los derechos a las personas".
"Mientras Gorbachov percibe su pago solicitando una normalización (de las relaciones) con Fidel Castro, nosotros estamos recordando a las víctimas del Gulag cubano", añadió.
El ex presidente soviético calificó de "estilo cowboy" la política seguida por Washington en su relación con La Habana. En esto coincidió con el general John Sheehan, ex comandante en jefe del Mando del Atlántico de los Marines de Estados Unidos.
En una conferencia previa, Sheehan había considerado que el gobierno estadounidense tenía la oportunidad de cambiar su política hacia Cuba, con lo que modificaría "su imagen en el mundo acerca de su guerra contra el terrorismo".
Seríamos vistos como una nación más humana en lugar de una organización de vaqueros de Texas", dijo. |