Una familia cubana que junto a otros ocho compatriotas intentó llegar la semana pasada a las costas de Estados Unidos en un Buick de 1959 convertido en barco, será enviada a la base estadounidense de Guantánamo, dijeron el miércoles fuentes del exilio cubano en Miami, informo la AFP.

Recibimiento de los ocho tripulantes del Buick-balsa repatriados.

Luis Grass Rodríguez, su esposa Isora Hernández y el hijo de ambos, Luis Ángel, de cuatro años, permanecerán en la base mientras las autoridades estadounidenses estudian una demanda de refugio político que la familia interpuso ante la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, antes de lanzarse al mar.

El grupo de once cubanos salió de Cuba el 2 de febrero a bordo del Buick adaptado para la navegación. Dos días después fueron interceptados en el mar por la Guardia Costera, cerca de los cayos de Florida.

Los restantes ocho tripulantes fueron repatriados el miércoles, al no haber sido considerados como posibles refugiados políticos.

Repatriado: "Pensé que el gobierno de Estados Unidos nos iba a ayudar"

En La Habana, uno de los repatriados, Marcial Basanta, dijo a la prensa al llegar a su casa que siempre tuvo esperanzas de que el gobierno de Estados Unidos le permitiría quedarse en ese país.

Es la segunda vez que las autoridades migratorias estadounidenses le repatrían. Basanta fue uno de los cubanos que en el verano pasado intentaron alcanzar las costas de la Florida a bordo de un camión Chevrolet de 1951 convertido en barco. La prensa internacional bautizó al grupo como los "camionautas".

"Siempre pensé que iban a tener en cuenta que fuimos con el camión, que lo habíamos intentado dos veces, que a lo mejor teníamos problemas en Cuba… Llegar de nuevo, volver a hacer otro intento. Yo pensé siempre que el gobierno de Estados Unidos nos iba a apoyar en eso, que nos iban a dar visa", afirmó.

El "camionauta", su esposa y sus dos hijos pequeños, llegaron con otro matrimonio y sus hijos a las 18:05, hora local, al barrio habanero del Diezmero, donde fueron recibidos por más de un centenar de entusiastas vecinos, que los aplaudieron al bajar del auto.

Según indicaron, arribaron a Cuba el martes al mediodía, después de un chequeo médico, y fueron interrogados por las autoridades.

El trato de los funcionarios cubanos fue "bastante bien, no perfecto, pero bastante bien", dijo Basanta, mientras que su esposa, Mirlena López Estupiñán, opinó: "nos trataron bien. Allá y aquí, los niños tenían hambre y les daban enseguida lo que pudieran".

Los tripulantes del Buick-balsa, seis adultos y cinco niños, fueron interceptados por la Guardia Costera estadounidense el miércoles 4 de febrero "a 16 millas de Cayo Maratón", según Basanta.

"Ahí un avión americano nos interceptó y tuvimos hasta las 6 de la tarde luchando para ver si podíamos llegar a tierra, pero estaba casi imposible, a las 6 de la tarde nos montaron en el barco americano", recordó.

"El auto lo hundieron, según ellos (los estadounidenses) lo hundieron, nosotros no lo vimos", dijo Basanta.