El escritor cubano exiliado Norberto Fuentes presentó este lunes en Madrid su libro El paraíso de los otros, el primero de los dos tomos de una "autobiografía" novelada de Fidel Castro, editada recientemente por Destino.

El volumen, que suma las 900 páginas, abarca desde el nacimiento de Castro hasta la huida del dictador Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959. En tanto, el segundo tomo, que se titulará El poder absoluto e insuficiente y saldrá en otoño de este año, contempla la historia desde esa fecha hasta la actualidad.

"Sólo yo podía escribir la autobiografía de Fidel. Él me la dictó cuando estábamos juntos: le vi actuar, supe cómo manejaba la cosa. Soy la memoria de su memoria, y mi memoria es menos falsa que la suya porque no tiene propósito", declaró Fuentes al diario español El País.

"Hago la historia, trato de contar con la información que tengo sobre él y sobre la revolución que tuve tan cerca que me quemé en la hoguera".

El autor de Condenados de Condado —novela que lo llevó al ostracismo en Cuba en un primer momento— advirtió no tener nada que ocultar, de ahí que tuviera "mucha más libertad que él (Castro) y que Gabo para contar su historia".

"La única audacia el libro —reconoció—, que por cierto es una idea de Basilio Baltasar, es que está escrito mientras el tipo está vivo, pero no me sorprendería que a Fidel le gustara. Si le conviene, le gustará".

Según el cubano, El paraíso de los otros "es una burla a la academia americana, que cree en las biografías con pies de página". "La verdad de los hechos contemporáneos no está en los papeles. Las revoluciones queman los papeles, y en Cuba no quedará nada que comprometa a Castro. Los huesos de los muertos están en el mar".

A pesar de sus juicios, Fuentes dijo sentir admiración por Castro y seguir "siendo revolucionario y marxista". "La dictadura buena de Fidel me parece incluso mejor ahora: Miami es un horror de complejos y tristezas. En cuanto a Fidel, si te empeñas en definirlo como un ogro sanguinario te incapacitas para describirlo: es inteligente, pragmático, versátil, y todavía no ha jugado todas sus cartas. Supera todas las etiquetas".

El autor lo calificó además como "el mejor encantador de serpientes, un flautista de Hamelin (…) dedicado a acumular poder constantemente".

En opinión del escritor, Castro "pudo pasar a la historia como el hombre que destruyó el mundo en 1962", y lo demuestra que "ahí está todavía, en campaña permanente, sin estrategia para despistar al imperialismo, disfrutando de una permanente situación de bancarrota".

"Fidel decía que en el socialismo podía y debía haber disidencia, pero siempre dentro del partido", reveló Fuentes, y añadió que mucha de la historia de la disidencia cubana "fue escrita por el propio Castro, quien, incluso, crea la contrarrevolución, crea a los enemigos, para adelantarse a ellos. Miami, sin ir más lejos, ha sido creada por la seguridad cubana (…) todos somos amigos y enemigos aleatorios (…) todos somos mártires de la revolución".

Y con respecto a la sucesión, "le importa un carajo. Su problema es que todavía se cree un campeón olímpico y se empeña en hacer deporte. ¡No comas mierda, la gente necesita tu voz y tu experiencia, no tus carreras", blasfemó Fuentes como si se dirigiera a Castro.