AFP/ Nueva York. Ana Mendieta murió en 1985 a los 36 años al caer en extrañas circunstancias desde un piso 37 en Nueva York, dejando atrás una vida a caballo entre México y Estados Unidos tras su temprano exilio de la Isla, y un arte ideado para desaparecer que ha perdurado.

Hasta el 19 de septiembre estará en cartel en el museo Whitney de Nueva York la exposición Ana Mendieta: Cuerpo Tierra, Escultura y Actuaciones, la más completa realizada hasta el momento —incluye más de 100 obras de los últimos 15 años de su vida, casi toda su carrera artística.

Mendieta no dejó apenas obras, sino más bien fotografías y filmaciones de happenings en lugares al aire libre en los que aparece pintando la tierra con su cuerpo desnudo, emplumándose en sangre, estirada inmóvil en la curva de un riachuelo y practicando lo que el museo llama "prácticas conceptuales y corpo-orientadas".

En todas esas "prácticas" efímeras no había más testigo que ella y quien manejase la cámara, como en el caso de la serie Siluetas,estrella de la muestra.

Esta serie está integrada por cientos de trabajos ejecutados entre 1973 y 1980, principalmente en Iowa y México, en una variedad de formatos que van desde la diapositiva a la película en super-8 milímetros, de la fotografía revelada al negativo.

Por las características de su trabajo, Mendieta nunca tuvo estudio y su producción fue la expresión de una personalidad exuberante, hasta el punto de que un crítico de The New York Times hablaba de su muerte como "su acto especial".

"La vida y arte de Ana Mendieta han sido fuente frecuente de intriga y especulación durante décadas, al tiempo que el debate sobre su muerte prematura dominaba la discusión de público y críticos. Como resultado, la riqueza y complejidad de su arte, así como su importante legado a la cultura contemporánea no ha sido suficientemente reconocido", explicó la comisaria de la muestra, Olga Viso.

Mendieta se casó en 1985 con el escultor norteamericano Carl Andre y ese mismo año moría al caer de su apartamento en Nueva York.

Andre fue acusado de homicidio y declarado inocente de unos hechos que alimentaron la leyenda de esta artista vinculada a causas feministas.

Nació en La Habana en 1948 y a los 12 años, con su hermana pequeña Raquelín, sufrió la experiencia del exilio y la separación de sus padres.

Descontento con la revolución de Fidel Castro, su padre las envió a Estados Unidos, recorriendo casas de adopción y diferentes escuelas en Florida y Iowa (centro) sin ver a su familia durante años.

Mendieta regresó a Cuba en 1980, dieciocho años después de su exilio, y desde entonces hasta 1983 visitó la Isla en siete ocasiones.

Ahí entraría en contacto con los artistas locales y se convertiría con el tiempo en la única cubana exiliada en Estados Unidos que participaba regularmente en muestras en la Isla.

La exposición del Whitney irá luego a Des Moines (Iowa, del 25 de febrero al 22 de mayo de 2005) y a Miami (del 7 de octubre de 2005 al 15 de enero de 2006).