El ciclista italiano Marco Pantani, muerto el sábado en Rimini, escribió una suerte de testamento en las páginas de su pasaporte durante una estancia en Cuba. En el texto acusa a la justicia, la prensa y al ambiente del ciclismo de haberlo perseguido y humillado, informó la AFP.

"Fui humillado por nada. Durante cuatro años, estuve en todos los tribunales. Simplemente perdí el deseo de ser como los otros deportistas", escribió Pantani.

Según el diario La Gazzetta dello Sport, el ciclista habría escrito esas palabras en diciembre, pero el diario La Repubblica las fecha en enero. De hecho, Pantani realizó dos viajes a Cuba.

En las páginas del pasaporte, el "Yo acuso" del campeón, tituló La Repubblica, que vio en las palabras del ciclista "una acusación" contra el sistema, el deporte-espectáculo en general, y también "un pedido de ayuda".

Pantani fue sancionado por consumo de sustancias prohibidas en el Giro de 1999, pero en octubre pasado un tribunal rechazó el veredicto de culpabilidad, informó Reuters.

El deportista fue además investigado por un juez de Turín por altos niveles de hematocrito durante la carrera de Milán a Turín en 1995.

Si hubiera seguido vivo, se habría enfrentado a un tercer juicio, esta vez por dopaje y fraude deportivo en el Giro de Italia de 2001, cuando se encontró una jeringuilla de insulina en su habitación de hotel.

"El ciclismo pagó caro y muchos jóvenes perdieron su confianza en la justicia. Yo me hice mal escribiendo estas verdades en mi pasaporte para que el mundo se dé cuenta que todos mis colegas sufrieron humillaciones, incluso en sus habitaciones, con cámaras ocultas, para destruir familias", escribió Pantani en un texto leído el miércoles por su amiga y ex agente Manuela Ronchi durante la misa en su honor.

"Cómo evitar causarse daño (…) Yo sé que cometí errores, pero sólo cuando mi vida deportiva y, sobre todo, mi vida privada fueron violadas. Perdí mucho", agregó.

Según La Repubblica, "son las mismas palabras que Pantani había utilizado para defenderse ante los tribunales que lo acusaban de dopaje y que se repiten ahora para decir que él tenía razón, el Pirata, pobre perseguido y víctima de un complot".

"Una cosa queda, mucha tristeza y bronca, por las violencias de la justicia (…) Mi historia, espero, servirá de ejemplo para los otros deportes. Reglas sí, pero iguales para todos", afirmó.

Monseñor Antonio Lafranchi, el obispo de Cesena, la ciudad natal del ciclista, hizo el miércoles durante la misa de funeral en Cesenatico, cerca de Rimini, un llamado al mundo del deporte a hacer "un examen de conciencia".

Pantani fue encontrado muerto el sábado pasado en un apartamento-hotel de la estación balnearia de Rimini, cercana a Cesenatico, donde se instaló el 9 de febrero. El ciclista había cumplido 34 años hacía pocas semanas.