www.cubaencuentro.com Viernes, 13 de febrero de 2004

 
   
 
Ofensiva al por mayor
La Mizuno y el bate de madera: ¿un matrimonio venido a menos en el béisbol de la Isla?
por ALBERTO ÁGUILA, Miami
 

En más de una ocasión nos hemos referido a la debilidad colectiva del pitcheo cubano actual, aprisionado probablemente en un callejón sin salida. Por un lado, está la pelota Mizuno 150, que no posee las normas internacionales apropiadas, y por otro, el uso de bates de madera sin marcas reconocidas y sin calidad en su confección.

El matrimonio Mizuno-bate ha parido una ofensiva desmesurada durante los tres últimos años y amenaza con establecer nuevas marcas en la temporada actual de la Serie Nacional. Los promedios individuales no surgen por si solos, forman parte de las estadísticas colectivas de cada campeonato.

Cifras alcanzadas en bateo y pitcheo en Series Nacionales (tomadas de las Guías de Béisbol elaboradas por el INDER) y en Grandes Ligas.

Torneo C. L. Permitidas Bateo contra pitchers   Jonrones
2002 4,59 293 1.115
2000 2,78 256 285
1971 2,55 224 ?
1998 (aluminio) 3,90 287 730
 
2002 (Triple A) 4,01 261  
2002 (Grandes Ligas) 4,21 260  

Los elevados porcentajes ofensivos y de pitcheo ocurridos en 2002 fueron más altos en 2003 y 2001. Se ha tomado como punto de comparación la lid de 1971, pero pudo ser cualquiera de las 15 desarrolladas con bate de madera entre 1962 y 1976. Asimismo, también se ha utilizado la justa de
A. Marquetti
Pelotero veterano Agustín Marquetti.
1998, porque en ella se bateó con aluminio, productor de "números de ensueño", pero los promedios fueron mucho menores que en los tres últimos años, donde campean por su respeto los elementos nocivos antes señalados.

Las muestras de los torneos de Triple A y de la Liga Nacional del béisbol norteamericano son puntos de referencia que se comportan de forma parecida en el mundo entero, menos en la Isla. En la lid de 2002, actuaron en Cuba 160 lanzadores. Solamente 24 de ellos escaparon de la "nueva furia" con promedios de carreras limpias permitidas entre 1,76 y 3,83. Los 136 restantes recibieron batazos de todos los tamaños y toleraron entre 4,00 y 6,50 carreras limpias por cada nueve entradas. En la Liga Nacional, ya mencionada, 61 de 160 trabajaron entre 1,20 y 3,90. Los 99 restantes aceptaron más de 4 y hasta 6,50.

La Guía de Béisbol del INDER de 2002 muestra que la mayoría de los 102 relevistas cubanos terminaron con numeritos desastrosos.

Equipo Hits Permitidos Boletos Pitchers Juegos Innings Boletos
Granma 74 19 O. Martínez 36 52 19
Guantánamo 28 28 A. Digurnay 75 88 28
Cienfuegos 100 32 I. Abreu 31 79 32
Guantánamo 101 23 Diulvis Sayú 25 57 23
Santiago de Cuba 110 46 Elizardo Guilar 15 97 46
Matanzas 81 16 C. de La Torre 20 55 16

Entre 1962 y 1977 transitó por las Series Nacionales la flor y nata del bateo y nadie pudo elevar los guarismos a cifras ilógicas. Entre los grandes de la estaca de esa época se recuerda a Miguel Cuevas, Wilfredo Sánchez, Agustín Marquetti, Armando Capiró, Antonio Muñoz, Urbano González, Pedro Chávez, Julién Villar, Rigoberto Rosique, Elpidio Mancebo y Felipe Sarduy, entre otros. Ninguno de ellos pudo batear más de 340 de promedio en sus brillantes carreras. ¿Acaso "el hombre nuevo" del béisbol cubano ha surgido de la noche a la mañana?

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