¿La sociedad brasileña entiende el momento histórico que vive la Isla?

La sociedad brasileña todavía está mal informada sobre Cuba. Domina en la izquierda una visión romántica de la revolución cubana, de los años cincuenta y sesenta, que no existe en la realidad. No se conocen en Brasil los hechos más graves de la revolución cubana: la gran persecución contra los homosexuales, la destrucción de una generación de intelectuales extremadamente talentosos… Todo eso ha pasado un poco afuera de la cobertura normal de la vida en Brasil.

Por tanto, creo que parte de la población brasileña todavía alimenta sobre Cuba algunas expectativas románticas. Y la realidad es que nosotros, creo que Brasil, está contra el embargo económico. Esa es una posición mayoritaria, la cual compartimos, pero entre estar contra el embargo económico y ser cómplices de los crímenes contra los derechos humanos, hay una diferencia muy grande.

¿Existe alguna expectativa de cambio en cuanto a ese tema durante el gobierno de Lula?

No tengo expectativa, al contrario. La visión del gobierno de Lula sobre Cuba es un retroceso en relación con los gobiernos anteriores. Todos los gobiernos anteriores estaban contra el embargo, pero hacían observaciones muy precisas sobre derechos humanos, y serían capaces de denunciar lo que ha hecho Cuba.

Además, el gobierno de Lula ha votado por la salida de Reporteros Sin Fronteras como organismo consultivo de la ONU. Creo que eso también es una demostración de un atraso muy grande.

¿Qué sucedió con la petición de algunos diputados para que el gobierno de Brasil le otorgara asilo político al periodista Raúl Rivero, condenado a 20 años?

El gobierno no habla de esto, no habla de Raúl Rivero y lo trata como lo hace el gobierno cubano, como si fuera un no existente. A nosotros nos gustaría mucho recibirlo acá en Brasil como asilado, no solamente a él, sino a todos los presos políticos cubanos. A lo mejor no tenemos la capacidad de abrigarlos a todos, pero si el gobierno cubano quisiera libertarlos, yo creo que hay países en el mundo capaces de recibirlos tranquilamente.

¿Cuál es la postura mayoritaria del PT sobre la situación cubana?

Creo que la mayoría del Partido de los Trabajadores, que todavía no conoce los hechos, sigue siendo silenciosa con respecto a la cuestión de los derechos humanos en Cuba. A pesar de que en las determinaciones oficiales del Partido se defienden los derechos humanos y la democracia de modo general.

¿Cuál debería ser el papel de Brasil, como potencia regional, en el tema cubano?

Creo que el papel de Brasil debería ser un papel intermediario. Nosotros no podemos identificarnos con la posición norteamericana, y al mismo tiempo no podemos identificarnos con la posición de Fidel Castro y del Partido Comunista cubano. Podríamos trabajar, como trabajan algunos norteamericanos, también en la lucha por la suspensión del embargo, y simultáneamente por el avance de la democracia en Cuba.