www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
  Parte 3/3
 
La vida a ritmo de guaracha
Las Hermanas Márquez: De Puerto Padre a Nueva York, medio siglo de musicalidad.
por ARMANDO LóPEZ, Nueva Jersey
 

¿Por qué la quincalla, no ganaban lo suficiente?

—En La Habana de los cuarenta —aclara Trini— del arte sólo no se podía vivir. Además, no era fácil ser mujer y artista. Era mal visto. Y si además eras mulata, te estampaban la etiqueta de fácil. En las orquestas, si había algún negrito trataban de esconderlo detrás de la cortina. Y en las sociedades, los entraban por el fondo. Por eso, nos quedamos en Nueva York.

Paquito D Rivera

¿Trinidad, y en todos estos años nunca regresaron a Cuba?

—En 1957, nos contrataron para el cabaret de moda: La Campana. Kid Gavilán, el campeón de boxeo enamorado de Olga, fue a vernos. Pero no lo dejaban entrar porque era negro. Olga protestó que no cantaba. Y al fin lo sentaron, por allá atrás. ¡Así no se podía vivir! Después de la revolución, regresé una sola vez, en 1960, para buscar a Nerza, divorciada y con dos muchachos. Las calles de La Habana hervían de milicianos. Me retuvieron el pasaporte por muchos días. Me hicieron pagar todo el tiempo que vivíamos en Estados Unidos. Cuando llegué a casa, y me asomé a esa ventana y vi el río Hudson, respiré tranquila.

¿Y qué pasó con la música?

—En 1966, formamos un grupo de mujeres: Linda Leyda, Lourdes López, la pianista Margarita Vargas, y Olga, que se estaba divorciando. Nerza no participó porque tenía que cuidar a sus dos hijos chiquitos. Cusa se sumaba los fines de semana. Inauguramos el club Los Violines, en 125 y Broadway. Y fue un acontecimiento. Todos los artistas pasaban por allí a descargar: Olga Guillot, Orlando Vallejo, La Lupe. ¡Cómo gozaba Cachao al verme tocar el bajo! ¿Cuándo se rompió el grupo? El amor atacó de nuevo. Olga se volvió a casar. Cusa a la oficina. Yo me dediqué a cuidar a mis padres, y a componer canciones.

¿Cuándo comienza el dúo con Nerza?

—Pasamos años mirándonos las caras. Nuestros padres habían muerto. Olga casada. Cusa no quería cantar. Los dos hijos de Nerza estaban en el Army... Así que decidimos formar el dúo (1990). Como ya no podíamos bailar como un ciclón, ensayamos guarachas humorísticas y trabalenguas. Nerza es la cómica y yo la seria. Nerza toca las maracas y yo la guitarra. Ella hace la voz prima y yo la segunda. Debutamos en hogares de ancianos que recordaban el trío. Luego nos presentamos con Mario Bauzá en los teatros Town Hall, Cami Hall y Simphony Space, de Nueva York. Y últimamente, lo mismo cantamos en el Park Theater, el Schuetzen Park, o en la casa del gobernador en Nueva Jersey, que en el Manhattan Center, o el Dade County Auditorium de Miami ¿Y sabes cómo nos llaman? Volvimos a ser ¡Las hermanitas Márquez!

¿Cuándo aparece Paquito D'Rivera?

—Conocimos a Maura, su mamá, en el velorio de Mario Bauzá. Desde entonces, no hay fiesta en casa de Paquito si no llegamos guitarra en mano —cuentan a dúo Trini y Nerza—. Paquito descarga con el saxo o con el clarinete y David Oquendo en la guitarra. Una noche se apareció Celia Cruz y le dijo al disquero español que estaba a su lado: "Rupérez, graba a estas chicas que están en lo mejor de su carrera". Paquito descorchó el champagne. Y ahí nació el disco: Paquito D'Rivera presenta a las Hermanas Márquez, donde cantamos las guarachas: Adiós Compay Gato, Por medio peso, Parapampán, Yo no sé nada, Ya yo ta' vieja y La Firulística. También La Clave a Martí y dos temas de Trini, el bolero Alma vacía y Proverbios (dicharachos callejeros). Es un disco fresco, espontáneo, lo grabamos en dos días.

De Puerto Padre al cielo

Mientras Trini pone en el tocadiscos la contagiosa A toda Cuba le gusta, observamos las paredes del piso de Harlem, donde viven desde hace 52 años. Están cubiertas de fotos del trío. En unas aparece Nerza (1940-1951), en otras Olga (1951-1958). Hay fotos con Celia Cruz jovencita, Libertad Lamarque, Sugar Ray Robinson, Josephine Baker, Cantinflas, Pérez Prado. Y, en marco de oro: Don Alberto Márquez y Doña Elena Reyes, los creadores de este canto a la vida que son Las Hermanas Márquez.

—Hemos vivido tanto —dice suspirando Trini—. Y lo que nos falta: ¡Prepárate! —agrega Nerza con una carcajada—. Ve engrasando la cintura, que nos esperan, en mayo, cuatro conciertos en España, y la prestigiosa discoteca Calle 54 de Madrid. ¡De Puerto Padre al cielo!

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