¿Algo así como una ley de obediencia debida y punto final, al estilo argentino?

No sé exactamente, porque esa ley no la he estudiado lo suficiente, pero creo que en esto habrá que proceder como en un Estado de Derecho. Dictar una ley de amnistía, con grandes excepciones, sería la mejor forma de tratar estos asuntos.

Durante el Congreso Internacional de Cultura Cubana, celebrado en España, la presidenta regional madrileña, Esperanza Aguirre, invitaba a los cubanos a hacer un cambio tranquilo "de ley a ley". ¿Hay ley en Cuba?

Desde luego que hay una ley, pero es una ley impuesta por un omnipoderoso dictador, con un Parlamento que se reúne una o dos veces al año, que no legisla nada, que no tiene independencia ni propiedad.

¿Ve viable que miembros del actual gobierno, no vinculados con hechos de sangre, participasen en la transición?

Por supuesto. Excepto aquellos que cometieron actos criminales u otros, que merecen prisión o cualquier otra sanción, y que deberán ser juzgados bajo un código que se acuerde, no por el capricho de "ordeno y mando" o el de "fusilo o condeno". Con esas cosas hay que acabar.

Después de 45 años de descrédito de la clase política en el interior de la Isla, ¿cree usted que el ciudadano medio tendrá fuerzas para enfrentar una nueva situación?

Sí. Hay reservas morales, más de las que muchas veces vemos. Hay también reservas históricas que alientan la esperanza. No podemos ser pesimistas, si no, estamos perdidos. Cuba ha pasado otras crisis, verdaderamente duras, después de la independencia, después de la intervención norteamericana, los sucesivos golpes de Estado, y a pesar de eso, la isla de corcho siempre ha flotado.

Por momentos, parece que la mayoría del exilio cubano ha asumido actualmente el discurso del cambio pacífico. ¿Realmente es así?

Desde el principio, desde los años sesenta, yo he visto gente muy noble y muy buena. Los que han luchado más por volver a Cuba han sido gente de primera clase. Algunos, lamentablemente, ya han fallecido porque el almanaque es tremendo. Lo de mafiosos y delincuentes está sólo en la mente de la propaganda castrista. Hoy es todo un pueblo el que está en el exilio. Dentro de eso hay no santos, santos y pecadores. Pero te aseguro que todo el que hace militancia política o cultural es gente buena, porque si no se dedicaría a producir en sus profesiones y oficios. Esta lucha te hace perder dinero y tiempo, si se ve desde un punto de vista material. La gente que se mete en esto, tiene aspiraciones superiores de orden ético, moral, cultural, cívico.

Y los que exigen "Irak hoy, mañana Cuba", ¿en su opinión en cuál grupo clasifican?

En esto hay gente muy despistada. Hay ciertos sectores donde se ve una demagogia, cultivada por algunos locutores radiales, que provocan que la masa, el hombre-masa que diría Ortega y Gasset, se deje llevar por una corriente anticubana, yo diría. Pero esa es una minoría, no hay que preocuparse mucho de eso.