El próximo 14 de febrero se establecerá en La Habana una delegación oficial de la Unión Europea (UE), que estará dirigida por el hasta ahora responsable de la unidad Cuba en el Ejecutivo Comunitario, el alemán Sven Kuehn Von Burgsdorff. La ceremonia coincidirá con la visita a la Isla del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Poul Nielson.

Kofi Annan (izq) junto a Poul Nielson.

Precisamente, ayuda humanitaria es algo que necesita el pueblo de la mayor de las Antillas. Según el último estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), cerca de 1,9 millones de cubanos padece desnutrición a pesar de los "exitosos programas agrícolas" que promueve el Gobierno de Fidel Castro.

En realidad, si la representación oficial de la UE en La Habana se limita al diálogo político con las autoridades y desconoce la emergente sociedad civil, es el régimen de Castro el que recibe un gran espaldarazo. Algo que no debería suceder, ya que los quince países comunitarios han mantenido la denominada Posición Común adoptada en 1996, que condiciona la colaboración con la Isla a la realización de cambios en su sistema político, respeto por los derechos humanos y los principios democráticos.

Hasta el momento, por el contrario, el gobernante cubano ha hecho gala de su tradicional inmovilismo. Por añadidura, el sistema político ahora es "irrevocable", según la última enmienda a la Constitución.

Evidentemente, al alemán Von Burgsdorff no le espera una tarea fácil. A la demanda de la Unión Europea presentada meses atrás, proponiendo que se inicie en la Isla un proceso de apertura política, respondió el viceministro de Relaciones Exteriores, Ángel Dalmau, el pasado 14 de diciembre, con la clásica arrogancia del castrismo. En declaraciones a Prensa Latina, dijo que la Posición Común de los quince países que integran la Unión Europea es "un papel mojado y retórico", que repite "las mismas tonterías de siempre".

En otro movimiento relacionado con la Unión Europea, Cuba solicitó el pasado 23 de enero su adhesión al Convenio de Cotonú. Éste rige las relaciones entre la UE y 78 Estados miembros del denominado Grupo ACP (África, Caribe y Pacífico). El tratado fija claramente que para recibir fondos de la UE los países deben demostrar que cumplen con los requisitos democráticos, el respeto a los derechos humanos y la libre expresión.

El embajador cubano ante la UE, Rodrigo Malmierca, dijo que en el caso de los países que integran el Grupo ACP "no habrá problemas para que sea aceptada" la solicitud de adhesión, pero en el caso de los gobiernos europeos probablemente se tardará "meses más que días" en dar una respuesta.