www.cubaencuentro.com Jueves, 08 de julio de 2004

 
  Parte 1/2
 
Chávez y el efecto dominó
Del conservadurismo izquierdista de Castro a la estafa de la revolución bolivariana.
por JOAQUíN VILLALOBOS, Oxford
 

Luego de una prolongada batalla, la oposición venezolana obtuvo su primera gran victoria. Superando infinidad de arbitrariedades, pudo recoger las firmas necesarias para convocar a un referendo revocatorio del presidente Chávez. Esa victoria tiene importancia para toda Latinoamérica en dos sentidos: primero, porque la llamada "revolución bolivariana" se ha presentado como un proyecto de izquierda, y segundo, porque una derrota democrática de Chávez tendría efectos sobre gobiernos, grupos y personajes que secundan al conservadurismo izquierdista.

Hugo Chavez
Referendo contra Chávez: ¿Principio del fin del izquierdismo reaccionario?

Venezuela es hoy el centro de gravedad de esta corriente política en América Latina. En Europa Occidental, la batalla entre la izquierda democrática y el conservadurismo izquierdista fue ganada por los primeros después de la Segunda Guerra Mundial, y consolidada plenamente después de la caída del Muro de Berlín.

El conservadurismo extremista de derechas llenó a Europa Occidental de gobiernos autoritarios y trajo dos terribles guerras mundiales, mientras el conservadurismo izquierdista en la Europa Oriental igualmente parió dictaduras comunistas y dejó guerras que aún no terminan.

Europa Occidental es hoy la región más segura, tolerante, democrática y socialmente estable de todo el planeta, gracias a la izquierda democrática. No fueron los misiles de Reagan los que vencieron al comunismo, sino la política de competencia pacífica, tolerancia y apertura de las izquierdas socialdemócratas que encabezó Willy Brandt en Alemania Occidental.

En relación con este debate existen algunas creencias que le dan capacidad de convocar adeptos al conservadurismo izquierdista. La más importante es que un proyecto de extrema es más auténtico y responde mejor al interés de los más pobres. En este aspecto hay un claro divorcio entre discurso y resultados. La "revolución bolivariana" es en ese sentido todo un modelo y más claramente es toda una estafa. Esto es clásico del conservadurismo izquierdista en cualquier otro lugar, ya sea Cuba, Nicaragua, Bolivia o El Salvador. Se puede decir que gritan mucho, pero resuelven poco.

La orfandad ideológica del chavismo

Chávez es el primer caso que convoca a una contrarrevolución, sin haber hecho una revolución. Su discurso es incendiario y provocador, pero sin sustento. Los banqueros venezolanos se han enriquecido más que nunca, teniendo al gobierno como su principal cliente; la izquierda no está en el gobierno, sino centenares de militares amigos de Chávez; no hay un partido político organizado, sino un caudillo mesiánico; Venezuela se convirtió en la gasolinera de EE UU, pero Chávez le dice "pendejo" a Bush; el petróleo subió de precio, pero los venezolanos se empobrecieron; la política social no es nacional, sino clientelar partidaria.

Cito lo que dice una supuesta apreciación de la inteligencia cubana sobre el militarismo chavista: "Los militares amigos de Chávez no valen más que dos putas y un viaje a Disneylandia". Ese juicio parte de no hallar en el chavismo ningún sustento ideológico serio. Habiendo conocido bastante el medio cubano, puedo afirmar con propiedad que para mí fue como estar oyendo el chiste.

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