www.cubaencuentro.com Jueves, 08 de julio de 2004

 
   
 
El Che... 24 por segundo
Gael García, Walter Salles y Benicio del Toro: La saga guevarista inunda el celuloide.
por MICHEL SUáREZ, Madrid
 

En sus Notas de viaje, publicadas en La Habana en 1962, Ernesto Guevara se planteaba, "aullando como poseído", asaltar "barricadas o trincheras (...) Teñiré en sangre mi arma y, loco de furia, degollaré a cuanto vencido caiga entre mis manos (...) ya siento mis narices dilatadas, saboreando el acre olor de pólvora y de sangre, de muerte enemiga".

Fotograma
García Bernal. Fotograma de 'Diarios de motocicleta'.

Ojalá, para suerte del cine, de América Latina y de la humanidad, ese no sea el personaje histórico al que tan apasionadamente desea parecerse el actor Gael García Bernal. El mexicano presentó recientemente, en el Festival de Cannes, el filme Diarios de motocicleta, basado en el viaje de Ernesto Guevara y Alberto Granado en 1952, cuando a bordo de una motocicleta recorrieron más de 12.000 kilómetros por Sudamérica.

Dice un periodista del diario El Mundo, acreditado en Cannes, que es un retrato "nada maniqueo" del guerrillero. Sin embargo, sobre el aspecto artístico ya habrá tiempo de análisis, cuando podamos ver el filme, porque la intención manifiesta de sus realizadores da, ahora mismo, para más de una columna en el orden extracinematográfico.

"La intención de esta película es un poco ésa, traer de vuelta la causa", admitió el mexicano en una rueda de prensa del festival.

No especificó, sin embargo, cuál "causa" pretenden revivir él, Walter Salles (director) y Robert Redford (productor), puesto que más allá de una recreación histórica, cualquier intento de reinventar el ideal guevarista suena tan desfasado y cruel como una película actual sobre la etapa del fascismo que, además, pretenda "traer de vuelta" su sostén ideológico.

Decía el visionario Guevara, en el texto ya citado, que "la revolución es estandarizadora de voluntades". ¿Habrá caído García Bernal en las garras de esa estandarización? ¿Cuáles oscuras ideas son capaces de embriagar a un segmento de la intelectualidad, que bajo la égida del Che —marketing y t-shirts incluidos— pretende solucionar los problemas del mundo contemporáneo?

Hace unas semanas, la justicia española ordenó cerrar un museo en el País Vasco porque "hacía apología del terrorismo de ETA". Entre fotos de "militantes etarras", bombas utilizadas, planos y demás objetos, estaban las omnipresentes imágenes del Che Guevara. En el altar del terrorismo, un espacio siempre reservado para su santo patrón.

Durante la visita de Juan Pablo II a Cuba, hubo estupefacción cuando éste, en una conferencia de prensa a bordo del avión papal, relativizó los medios utilizados por el Che para priorizar los fines. "Ciertamente estoy convencido de que el Che Guevara quería servir a los pobres", dijo el Papa, para luego matizar afirmando que "dejemos a nuestro Señor que juzgue sus méritos". Sin comentarios.

El Guevara que interpretó el actor mexicano y que, según él, le "cambió" la vida, es, junto a Fidel Castro, uno de los personajes clave en la desestabilización de América Latina y todo el tercer mundo en la segunda mitad del siglo XX. Sus atributos extremistas marcaron una etapa de represión contra los homosexuales, que tuvo su punto máximo en las UMAP. ¿Sabía esto Gael García cuándo interpretó emocionadamente a un gay humillado en La mala educación, el más reciente filme de Pedro Almodóvar?

"Esta película ha marcado un antes y un después en mi vida, muchas cosas se transformaron dentro de mí. Hubiera sido un desperdicio que yo no hubiera cambiado después de realizar el mismo viaje que hizo el Che a sus 23 años por Sudamérica, y que siento que para mí fue tan importante como para él, porque me cambió de manera tremenda", dijo el protagonista al diario mexicano El Universal.

Pero la saga guevarista no se detiene. Ahora le tocará al actor de origen puertorriqueño Benicio del Toro interpretar al "mito guerrillero" en la película que le dedicará el norteamericano Steven Soderbergh, el director de Traffic, según ha reportado AFP. El rodaje está previsto para el año que viene con guión del director norteamericano Terrence Malick. De milagro no se apuntaron a la idea Oliver Stone o Steven Spielberg.

Más de uno, seguramente, estará pendiente de la producción, deseoso de saber si en la anunciada biografía aparecerán todas sus "dimensiones", como las que plantea el politólogo Juan F. Benemelis en su libro Las guerras secretas de Fidel Castro: sus sonados fracasos como administrador de la economía cubana, el estilo "Robespierre" de sus ejecuciones masivas, su desprecio por los latinoamericanos y cubanos, a quienes consideraba inferiores culturalmente, y su incompetencia como militar.

La figura del "guerrillero" tiene materia prima para más de un filme. Lástima que a Gael García Bernal le haga tanto daño interpretarlo. Qué pasará un día si le toca encarnar a otro personaje aún más controvertido.

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