www.cubaencuentro.com Domingo, 02 de enero de 2005

 
  Parte 3/3
 
El último americano
¿Qué gana la disidencia interna cuando se hace una foto que podría ser malinterpretada por el mundo y el resto de los cubanos?
por ALEJANDRO ARMENGOL, Miami
 

Un aspecto fundamental —de producirse una situación de este tipo— es que una salida de los diplomáticos norteamericanos acreditados en La Habana, casi seguro conllevaría el fin del pacto migratorio entre los dos países. Hasta ahora, Washington ha cumplido al pie de la letra —incluso sobrecumplido— el programa de otorgamiento de visas.

Para la mayoría de los miembros de la "línea dura" en Miami, un paso coherente —aunque extremo— con la actual actitud del gobierno norteamericano de aumentar la presión económica contra Castro, es poner fin o reducir sustancialmente las salidas definitivas, al tiempo que eliminar las visitas, salvo casos de urgencia por enfermedad o muerte de familiares cercanos.

Una medida así estaría acorde con la teoría de aumentar la presión de la caldera hasta que reviente. En su favor influye la percepción de que es muy difícil que Castro decida arriesgarse a lanzar un éxodo masivo, que sería interpretado como un acto de guerra por la actual administración.

Lo que Castro desea

Una ganancia secundaria para el "exilio histórico" estaría constituida por la eliminación de la entrada constante de una inmigración que se distancia de sus puntos de vista tradicionales —que favorecen la supresión o reducción drástica de la dependencia económica existente entre las familias residentes en la Isla y sus parientes en suelo norteamericano—, aunque de momento esta continúa careciendo de poder electoral para propiciar un cambio de actitud en Washington.

La "línea dura" ganaría por partida doble. Al tiempo que alejaría un peligro potencial, aunque no inmediato —más que la amenaza de potenciales nuevos ciudadanos norteamericanos, entre los futuros inmigrantes, se trata de que quienes ya viven en EE UU orienten por completo su vida respecto al país de adopción, como ya ocurrió en el pasado—, vería prevalecer sus puntos de vista, con más fuerza inclusive, en las esferas del gobierno.

Castro, por su parte, parece estar apostando a esta nueva política. Afianzándose con sus aliados tradicionales de los últimos años —el presidente venezolano Hugo Chávez, el gobierno chino y un grupo de naciones que no le son hostiles—, al tiempo que busca reducir las tensiones con Europa e intensifica el antiamericanismo dentro de la Isla con ejercicios militares que recuerdan la situación existente hace 20 años atrás.

Al menos parece empeñado en cerrar frentes de confrontación, para limitarse a sus enemigos de siempre: Washington y Miami. Llegado el caso, es muy posible que desestime el continuar adquiriendo productos agrícolas de EE UU, al comprobar que estas compras no contribuyen en nada a un cambio de actitud en el Capitolio norteamericano.

Todos estos factores llevan a preguntarse si Cason no será —como parte de esta vuelta al pasado— otro "último americano".

1. Inicio
2. Al asistir a cualquier...
3. Un aspecto fundamental...
   
 
RegresarEnviarImprimir
 
 
En Esta Sección
Kirchner arrodillado
ARMANDO AñEL, Miami
Las relaciones de la Unión Europea con Cuba
MARKUS MECKEL, Bruselas
Castro y Bolivia contra el Che
ELIZABETH BURGOS, París
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir