www.cubaencuentro.com Lunes, 13 de junio de 2005

 
  Parte 1/2
 
El momento de la oposición
Establecer jerarquías demasiado pronunciadas en la disidencia o descalificar a una parte de ésta es el peor favor que se le hace a quienes intentan aprender a negociar sus diferencias.
por RAFAEL ROJAS, México D.F.
 

Cuba cuenta con una nueva oposición, diversa y flexible, en la Isla y en el exilio. Hace apenas quince años habría sido arriesgado afirmar algo así. Pero en poco más de una década hemos visto vertebrarse un movimiento opositor, dentro y fuera de la Isla, que apuesta por una transformación pacífica del actual régimen totalitario y por la construcción de una democracia eficaz y una economía de mercado creciente y equitativa.

O. Payá
Diversidad... y convergencia: 'necesidad del cambio pacífico'.

A iniciativas de la disidencia interna como La Patria es de todos, Concilio Cubano, Proyecto Varela, Todos Unidos y la Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada propuesta por el Arco Progresista, se han sumado en los últimos meses el Diálogo Nacional impulsado por el Movimiento Cristiano de Liberación, y la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, que en días pasados celebró su primera reunión abierta en La Habana.

Ahí están los proyectos de la oposición interna cubana y ahí están, también, sus liderazgos: Martha Beatriz Roque y Oswaldo Payá Sardiñas, Vladimiro Roca y Elizardo Sánchez Santacruz, Manuel Cuesta Morúa y René Gómez Manzano, Félix Bonne Carcassés y Eloy Gutiérrez Menoyo. La diversidad de esa oposición salta a la vista, pero la convergencia, al menos en dos puntos, también: la demanda de liberación inmediata y sin condiciones de todos los presos políticos y la necesidad de dar pasos efectivos a favor de un cambio pacífico del régimen castrista.

Afirmar que las diferencias entre las corrientes de ese movimiento son de forma y no de fondo, de medios y no de fines, es contribuir a una visión fantasiosa de unanimidad que no corresponde a la realidad de cualquier oposición. Sin embargo, establecer jerarquías demasiado pronunciadas, excluir a algunos del campo opositor o recaer, una y otra vez, en ese "estilo paranoide" de la política, de que hablara Richard Hofstadter, y que consiste en descalificar a un opositor por "complicidad" o "agencia", es el peor favor que se le hace a un movimiento que intenta aprender a negociar sus diferencias.

En el camino del consenso

En el exilio, la oposición también se ha consolidado. Hace apenas quince años, liberales, demócrata-cristianos y socialdemócratas cubanos lanzaron la Plataforma Democrática: primer esfuerzo de integración de las fuerzas opositoras a favor de una transición pacífica a la democracia en Cuba. En los últimos años, esa gran corriente integradora se ha fortalecido con proyectos como el Comité Cubano por la Democracia y, sobre todo, Consenso Cubano: la ejemplar alianza de grupos exiliados que fuera presentada, hace un mes, en Miami.

En Consenso Cubano están representadas más de 15 organizaciones civiles, partidarias y culturales que no comparten las mismas preferencias ideológicas y políticas: Coordinadora Socialdemócrata, Partido Demócrata Cristiano, Unión Liberal Cubana, Comité Cubano Pro Derechos Humanos, Cuba Study Group, Fundación Nacional Cubano-Americana, Hermanos al Rescate, Movimiento Democracia…

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