El jurista admite que el caso de Cuba es particular. "No es que se trate de un país mejor o peor, pero la situación cubana es un poco curiosa. Muchas veces hablamos de Cuba, y no debemos olvidar que es un país que tiene una dictadura militar. Guste o no, aunque haya gente que aún lo defienda, Castro no deja de ser un señor que lleva más de 40 años quitando derechos a la gente, limitando. Hay hasta una legislación que permite tomarse demasiadas libertades al gobierno de cara con los ciudadanos, y se reprimen opiniones distintas a las del gobierno".

A juzgar por datos facilitados por el Centro de Documentación de CEAR, las resoluciones favorables de asilo han ido decreciendo escandalosamente a partir de 1999. Ese año se presentaron 280 solicitudes y se otorgaron 37. A partir de entonces las cifras son como siguen: 2000 (706 solicitudes, de ellas 15 favorables), 2001 (2.282 y 13), 2002 (1.151 y 11) y 2003 (hasta junio, en cálculos no oficiales: 53 solicitudes, 41 admitidos a trámite y ninguna concesión de asilo en el período).

La Diputada a las Cortes María José López (PSOE), viceportavoz de la Mesa de Interior del Congreso, dijo a Encuentro en la Red que "el gobierno del PP siempre se ha caracterizado por lo mismo", en referencia al doble discurso sobre el tema cubano. "Es una posición negativa, muy negativa, pues deja sin solución a las personas que, por un problema obvio, no pueden regresar a Cuba. Todo el mundo conoce la situación política que atraviesa ese país".

"¿Qué hacemos con los que ya están aquí?", se preguntó la parlamentaria, al confirmar que la reforma de la Ley de Extranjería —anunciada para el próximo mes de enero— no recoge ninguna solución, ni para los cubanos "sin papeles", ni para ningún otro colectivo de emigrantes. Fuentes oficiosas calculan en 700 mil las personas que viven en España sin permisos de trabajo ni de residencia.

El director del Centro de Estudios Cubanos de Madrid, Miguel Ángel García Puñales, califica la política española en relación con la emigración política cubana como "incoherente". En su opinión, hay una especie de "pacto tácito no firmado" entre los gobiernos de Cuba y España para no otorgar asilo. "No tengo pruebas al respecto —admite—, pero es una idea que se desprende de los hechos".

Según García Puñales, "el número de asilos otorgados a refugiados de países no totalitarios supera al de Cuba, y es una aberración que España devuelva a la Isla a cubanos que piden refugio en los aeropuertos para huir del régimen castrista, como sucedió el año pasado en el caso de una ex fiscal habanera, quien —con sus dos niñas pequeñas— fue deportada hacia Cuba".

Considera también que España puede hacer un esfuerzo para regularizar la situación de los cubanos que sobreviven de forma ilegal aquí, porque "la cantidad de cubanos que pueden arribar a su territorio es muy reducida, y el gobierno sabe perfectamente que ellos vienen por motivos políticos, al margen de cualquier situación económica".

Mientras el debate político transcurre, la cruda situación es que la mayoría de los emigrantes cubanos llegados a España en los últimos tres años —con motivos suficientes para alegar persecución política— siguen en el desamparo. Y aunque no puede decirse que formen parte del contingente de deambulantes y mendigos de otras nacionalidades, sí padecen la ilegalidad, el desempleo y hasta una indefensión jurídica insalvable. Son hijos de nadie: sobreviven entre la espada y la pared, proscritos por La Habana e ignorados por Madrid.