A la pregunta de si la Letra de este año es más o menos favorable que la del año anterior, Lázaro Cuesta considera que la actual da una semblanza de ligera mejoría. Hay vaticinios negativos que se pueden evitar o aminorar porque depende de los hombres. Si estos cambian su conducta, el efecto de los acontecimientos puede variar. Por eso, en el documento se llama a celebrar un concilio.

En los últimos años —se explicó— se han ido politizando las profecías, pero nosotros no nos metemos en política, no tenemos pretensiones de asumir responsabilidades en ese sentido, pero sí ejercemos el derecho y exigimos que se cumpla lo establecido.

Acerca de las diferencias entre las dos instituciones que realizan predicciones y del por qué no se saca una sola Letra del Año, se respondió que "hace 18 años se unieron en la Comisión personalidades de diferentes ramas o familias. Somos resultado de la unidad en la diferencia, pero para la Letra abandonamos las diferencias, pues no somos los exponentes de la verdad, el exponente de la verdad es Ifá. En la Comisión para la Letra no hay criterios personales, sino colectivos, de donde sale el documento".

"Tenemos diferencias de métodos", agrega Cuesta. "En la Comisión, es el miembro de menor edad el que saca la Letra para garantizar mayor pureza. Nos guiamos por los documentos de Ifá que dicen que debe ser el más joven y no el mayor el que debe sacar la Letra. Lo importante es que nuestra Comisión nunca ha dicho una palabra que pueda ser ofensiva para los otros; podemos discrepar, pero con respeto y nosotros respetamos a los de la Asociación Yoruba".

La Comisión Organizadora considera que la Asociación Yoruba sacó la Letra con premura; trabajaron la noche del 31 de diciembre y en las primeras horas del día 1 de enero ya las conclusiones se estaban divulgando por la radio y la prensa escrita, mientras los resultados de la Comisión tienen que confeccionarse y divulgarse con grandes dificultades por la carencia de recursos y sin la ayuda de la prensa oficial. A esas carencias se une la imposibilidad de alquilar un local adecuado para celebrar estas y otras actividades.

Para Víctor Betancourt, "lo esencial no radica en la existencia de diferentes Letras, sino en el uso correcto de los textos para interpretar las predicciones. El quid radica en decir lo que dice Ifá sin manipulaciones, y eso es lo que hace la Comisión. Lo que podemos afirmar es que nosotros cumplimos con lo que está establecido en la metodología".

Finalmente, se afirmó que "no se puede escribir la historia de Cuba ignorando la cultura yoruba. Líderes como Aracelio Iglesias fueron sacerdotes de Ifá. Esas verdades se omiten, pero lo único cierto es que la cultura yoruba es parte inseparable de la historia de nuestra patria".

Los resultados y criterios emitidos por los integrantes de la Comisión Organizadora de la Letra del Año constituyen un reto para todos los cubanos, creyentes o no. "Las profecías negativas pueden variarse en dependencia de la conducta" —han dicho—, de lo que se deduce que los vaticinios positivos también pueden variarse para que sean aún mejores y nos ayuden a salir del estancamiento y la desesperanza en que estamos sumidos los cubanos.