www.cubaencuentro.com Viernes, 03 de diciembre de 2004

 
   
 
Castro contra las cuerdas
Una buena parte de los cubanos de la Isla prefiere a Bush: ¿A qué se debe esa predilección?
por IVáN GARCíA, La Habana
 

Ha sido un bumerang político. Tras 45 años de retórica dura contra Estados Unidos por parte del régimen de Castro, el precio saldado en este siglo XXI ha sido que al menos tres millones de cubanos deseen marcharse a disfrutar del american way of life y que un alto por ciento de la población cubana prefiera a George W. Bush antes que a John Kerry para presidente de la nación norteña.

CNN
Cubanos siguen elecciones en EE UU.

Y el pueblo norteamericano los complació. El próximo 20 de enero de 2005, Bush seguirá en la Casa Blanca por otros cuatro años. ¿Cómo es posible que Bush, un mandatario que ha aplicado medidas antipopulares para los cubanos de adentro y de afuera —como son el recorte en el envío de remesas y de los viajes a la Isla de cubanos residentes en EE UU— sea una mejor opción que John Kerry? La respuesta habría que buscarla más en un psiquiatra o un psicólogo que en un experto en Ciencias Políticas.

En lo que si coinciden muchos en la Isla, como Juan Rojas, un obrero de 36 años, y Marlén Duquesne, una oficinista de 37 años, es que el cansancio extremo a la manera autoritaria de gobernar de Castro, "hace que la gente prefiera a las personas o países que él ataca", señala Duquesne. Para Rojas también influyen, en su aceptación, las contramedidas lanzadas por Castro en respuesta a las del presidente de EE UU, "que han afectado de manera considerable al pueblo".

Cierto es que la pérdida en un 25% de la capacidad de compra del dólar norteamericano —un 15% con el alza de precios y un 10% por el nuevo impuesto—, han disgustado sobremanera al cubano común.

Ya es típico que el voto de los cubanos que residen en EE UU sea mayoritariamente republicano. Ahora esa corriente se extrapola a la Isla. En 1996, el 90 por ciento de la disidencia era abiertamente demócrata y apoyaba a Clinton. Ahora, en este 2004, el 83 por ciento de la disidencia se inclinó por Bush, mientras sólo un 17 por ciento prefería a Kerry. Prueba de ello la tuvo el representante diplomático James Cason, al frente de la Oficina de Intereses de EE UU en La Habana, durante una votación simbólica que realizó con 185 opositores pacíficos que concurrieron a su residencia para seguir por televisión las elecciones del 2 de noviembre en EE UU.

Los que prefieren a Bush

Repito: el 83% votó por Bush y sólo un 17% lo hizo por Kerry. ¿A qué se debió el cambio? Bush está lejos de ser un dechado de virtudes. Sus políticas unilaterales, la guerra de Irak, las torturas en cárceles iraquíes y los sucesos de la Base Naval de Guantánamo, así como las limitaciones de los derechos civiles de los norteños, el desempleo y el déficit económico, fueron razones más que suficientes —según los analistas internacionales— para que lo hubiesen enviado a su rancho de Texas. Sin embargo, fue electo como presidente y la disidencia cubana, liberal e inclinada a la socialdemocracia por lo general, optó por él.

"No hay duda de que muchos de nosotros, como el pueblo de EE UU, vemos en Bush el presidente ideal para librar una guerra contra el terrorismo, a pesar de sus excesos, y es el hombre perfecto para que acorrale con sanciones al régimen cubano, aunque muchas de ellas nos afecten", expresa la periodista independiente Claudia Márquez.

En las callejuelas estrechas de la Habana Vieja, los cubanos de a pie piensan de manera similar a Márquez. "Cierto es que podré ver a mi padre, que vive en EE UU, cada tres años, y a lo mejor me podrá enviar menos dólares, pero el inmovilismo político de la Cuba actual hay que cambiarlo. Bush es el hombre", opina Miguel Pérez, un ingeniero de 26 años, mientras camina por la calle.

Castro gastó ríos de tinta en propaganda anti Bush: desde vestirlo de nazi hasta exhibir Fahrenheit 11/9, filme del controvertido documentalista Michael Moore. Pero no ha obtenido el resultado deseado. En los actos públicos, con esa doble moral típica de los regímenes cerrados, la gente grita ofensas contra Bush, pero luego, entre amigos y a pesar de estar en desacuerdo con muchas de sus políticas, lo prefieren antes que al flemático John Kerry.

"Las personas han visto que las medidas del gobierno cubano les han afectado más que las medidas lanzadas por George Bush. Entonces dicen que si la cosa está mala, que se ponga peor, y se inclinan por el presidente más malo y estúpido que ha tenido EE UU", señala Luis Cuesta, un sociólogo de 45 años, que se decantaba por Kerry.

Sucede que en estos 45 años, Castro ha aburrido a los cubanos con una revolución más política que económica. Todo es política. Mientras la economía del país está bajo cero y la gente sufre para vivir decentemente, los cubanos han captado que a su gobierno le interesa un bledo cómo viven, qué comen y cómo será el futuro de sus hijos. Tanta metralla de doctrina política les asquea. Y actúan de forma contraria a la política que diseña su régimen.

"La política no se come", dice Estela, un ama de casa de 67 años. "Yo estoy contra Bush y también contra Fidel", añade. Más o menos como ella piensan algunos cubanos. Y si le dan a elegir entre el "bueno" de Kerry y el "nefasto" de Bush, se inclinan por el segundo, porque piensan que es el hombre correcto para plantar cara a Fidel Castro.

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