Carlos Gutiérrez, el empresario cubanoamericano escogido por el presidente George W. Bush para el cargo de secretario de Comercio, tendría entre sus funciones supervisar el embargo comercial a Cuba, del cual es partidario.

Presidente Bush y Carlos Gutiérrez, durante el anuncio de la nominación.

La designación de Gutiérrez, de 51 años y considerado "el hispano más importante en el área corporativa de Estados Unidos", causó cierta sorpresa debido a su escaso perfil político. Hasta ahora sólo había participado en campañas de recaudación de fondos para políticos republicanos y para el Comité de Acción Política por la Democracia EE UU-Cuba (US-Cuba PAC), un grupo de cabildeo cubanoamericano creado en 2003 a favor de reforzar el embargo a Cuba.

"Señor presidente, nunca imaginé que este país me iba a dar esta gran oportunidad y que usted tendría confianza en mí", dijo Gutiérrez, director ejecutivo de la compañía de cereales Kellogg, durante un acto el lunes en la Casa Blanca.

En el sur de la Florida, la noticia fue recibida con beneplácito. "Es un gran honor y orgullo para nosotros que otro hispano sea nombrado al gabinete del presidente y esto demuestra una vez más el compromiso del presidente con los hispanos y nuestros valores e ideales. Carlos Gutiérrez es un hombre de principios", dijo la congresista Ileana Ros-Lehtinen.

"Carlos Gutiérrez es como Mel Martínez, como todos los cubanos de éxito, que no se ha olvidado del país de donde vinieron", indicó Mauricio Claver-Carone, director ejecutivo de US-Cuba PAC.

La portavoz de la Fundación Nacional Cubano-Americana, Camila Ruiz, dijo que los miembros de su organización estaban "orgullosos" porque "Carlos (Gutiérrez) vino como refugiado y se convirtió en uno de los empresarios más importantes del país". Agregó que "es un líder que va a abrir nuevas avenidas para los latinos" en Estados Unidos, "para los pequeños negociantes (…) y, en particular, para las minorías".

Gutiérrez aún debe ser confirmado por el Senado, pero no se espera que tropiece con dificultades. Se convertiría así en el segundo cubanoamericano en llegar a ministro de Estados Unidos, después de Mel Martínez, quien ejerció como secretario de Vivienda durante el primer mandato de Bush.